La presentación de síntomas combinados en este binomio es tan frecuente que muchas personas llegan a confundirlas y creer que son lo mismo, y curiosamente, reportan la presencia de estas molestias de forma indistinta. Comenzaremos por decir que, efectivamente la concurrencia de depresión con ansiedad llega a ser hasta del 65% con claras mediciones estadísticas que lo demuestran y la vivencia constante de que así lo vemos en la consulta todos los días.
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Este fenómeno tiene una explicación muy sencilla y la iremos desmenuzando. Los síntomas depresivos se desencadenan cuando tenemos niveles anormales de un grupo de neurotransmisores conocidos como aminas biogénicas; estamos hablando de la serotonina, noradrenalina y dopamina. Estos se ven afectados en la corteza prefrontal izquierda con sus comunicaciones profundas con el sistema límbico donde las neuronas encargadas de mantener nuestro correcto estado de ánimo se encuentran funcionando de forma muy lenta y desorganizada. Estas alteraciones neuroquímicas se expresan clínicamente con tristeza, falta de sensaciones placenteras, alteraciones en los ciclos del sueño, del apetito y de la energía y la presentación de pensamientos pesimistas, llegando a desestimar el deseo por permanecer vivos.
Por otro lado, cuando tenemos síntomas de ansiedad, las células cerebrales se encuentran en un estado desequilibrado de funcionamiento en la corteza prefrontal derecha. Y lo más importante, condicionado también por niveles anormales de las mismas aminas biogénicas que habíamos comentado en los síntomas depresivos. Estos movimientos nos hacen observar la sensación persistente de malestar, el estar constantemente intranquilos y con ideas recurrentes de catástrofes que no somos capaces de tranquilizar usando el raciocinio o la lógica.
¿Por qué se puede presentar la depresión con ansiedad?
Hay que ser contundentes mencionando que los problemas neuroquímicos, no son tan extraordinariamente selectivos como los acabamos de explicar. El cerebro es un órgano y es una unidad, donde muchos de los cambios en sus equilibrios lo afectan de forma global. Es por esto, que cuanto hay cambios drásticos en los niveles de serotonina, noradrenalina y dopamina, se manifiesten en las cortezas prefrontales izquierda y derecha. Con la consiguiente traducción de que los síntomas depresivos se acompañan de los ansiosos y viceversa.
Todavía tenemos otra forma muy objetiva de corroborar esta relación, y nos referimos al tratamiento. Existe una buena cantidad de moléculas antidepresivos que cuentan también con aprobaciones para su uso en los diferentes tipos de trastornos de ansiedad, siendo los manejos de primera línea para lograr curar ambos padecimientos de forma muy efectiva.
Como conclusión, tenemos que ser claros que presentar síntomas de ansiedad que acompañen a la depresión, no son la excepción, sino más bien la regla, y que tenerlos no es que señalen que el paciente se encuentra más grave. Hay que ser muy descriptivos para identificar qué tipo de combinación de síntomas ansiosos encontramos para poder hacer le elección del mejor tratamiento que funcione para ambos y ser altamente efectivos con el manejo, logrando la completa evolución exitosa y una recuperación funcional completa.
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