Durante años, la salud mental fue considerada una cuestión exclusivamente del cerebro. Sin embargo, hoy sabemos que nuestro estado de ánimo también depende de lo que pasa en el intestino. Y no es una metáfora. El llamado eje intestino-cerebro ha cobrado fuerza gracias a investigaciones que muestran cómo ciertos microorganismos intestinales influyen en nuestras emociones, memoria y comportamiento.
En este terreno emergen los psicobióticos, una categoría de probióticos con efectos positivos en trastornos como la ansiedad, la depresión, el insomnio, el TDAH e incluso el autismo.
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Microbiota y mente: una conexión real
Nuestro intestino alberga billones de bacterias que forman la microbiota. Algunas de estas bacterias producen neurotransmisores como serotonina, dopamina y GABA, claves para el bienestar emocional. Otras modulan el sistema inmune o reducen la inflamación, factores relacionados con el desarrollo de trastornos mentales.
La buena noticia es que ciertas cepas de probióticos han demostrado tener efectos específicos sobre el sistema nervioso central.
Cepas especiales de psicobióticos
Aquí algunas de las más prometedoras, con respaldo científico:
- Lactobacillus rhamnosus (JB-1): Reduce la ansiedad en modelos animales al actuar sobre los receptores GABA, los mismos que activan los ansiolíticos.
- Bifidobacterium longum (1714 y NCC3001): Disminuye el cortisol, la hormona del estrés, y mejora el enfoque mental y el estado de ánimo.
- Lactobacillus helveticus R0052 + Bifidobacterium longum R0175: Esta combinación ha mostrado reducir síntomas de depresión y ansiedad en personas sanas.
- Lactobacillus plantarum PS128: Usado en casos de TDAH y autismo, ayuda a mejorar la regulación emocional y el comportamiento.
- Bifidobacterium breve A1: Mejora la memoria y previene el deterioro cognitivo leve en adultos mayores.
Estrategias naturales para mejorar la microbiota cerebral
Aunque muchos alimentos fermentados como el kéfir, el chucrut o el yogur contienen probióticos, para obtener efectos mentales específicos es necesario consumir cepas identificadas y en dosis terapéuticas, generalmente en suplementos.
Sin embargo, también existen estrategias naturales para mejorar tu microbiota y, por tanto, tu salud mental:
- Alimenta a tus bacterias: Las fibras prebióticas que se encuentran en la avena, el plátano, la cebolla, el ajo, el espárrago y la alcachofa son su comida favorita.
- Incluye alimentos fermentados naturales: Kéfir, kombucha, miso, tempeh, yogur sin azúcar o chucrut no pasteurizado ayudan a diversificar tu microbiota.
- Evita los ultraprocesados: Estos alimentos afectan negativamente la biodiversidad intestinal y promueven la inflamación.
- Duerme bien y reduce el estrés: El descanso adecuado y la práctica de actividades como el mindfulness también mejoran la composición de la microbiota.
- Ejercítate regularmente: El movimiento físico moderado favorece la producción de bacterias beneficiosas.
Aunque los psicobióticos no reemplazan los tratamientos convencionales, sí representan un aliado natural y seguro para quienes buscan cuidar su salud mental desde un enfoque integral.
Después de todo, no hay salud mental sin salud intestinal. Y como bien lo dijo Hipócrates hace más de 2,000 años: “Toda enfermedad comienza en el intestino.” Tal vez también la salud.
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