Desde finales de los años ochentas, y ante la relevancia de que la enfermedad cardiovascular y los infartos al corazón eran la primera causa de muerte, se comenzó a difundir el aprendizaje de la Resucitación Cardio Pulmonar (RCP). Protocolo de emergencia que podía aprender cualquier persona y dominar los conceptos básicos del mantenimiento de una vía respiratoria permeable y funcional y una bomba cardíaca que lata lo suficiente para mantener a alguien con vida. Había cursos especializados, las personas se fueron entrenando hasta que se ve en las películas y series como algo normal que se hace cuando una persona deja de respirar.
En este mismo sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó hace unos años un manual de cómo dar Primeros Auxilios Psicológicos (PAPS). El símil con la RCP es adecuado, ya que nos permite diferenciar entre su uso en una emergencia y lo que hacen los doctores especializados en el área de urgencias.
Te podría interesar
Siendo así, los PAPS los puede ejecutar cualquier persona en el que surge una crisis psicológica, solventar la eventualidad y preparar el camino para que el paciente pueda acudir a un lugar especializado para recibir una intervención psicológica en crisis, profundizar en el problema y darle una solución integral.
¿En qué consisten los primeros auxilios psicológicos?
Se desarrolló una nemotecnia sencilla para recordar los elementos que incluye unos adecuados PAPS:
- Escucha Activa: cuando alguien ya perdió el control de si mismo, darle la seguridad y tranquilidad que está siendo escuchado, con empatía es el primer paso para proporcionar una contención correcta. No importa tanto lo que digamos con palabras, importa mas mi lenguaje no verbal y que yo le transmita a la persona afectada la sensación de que entiendo lo que pasa y que yo estoy ahí para acompañarlo.
- Ventilación: el mejor mecanismo para ayudar a que el organismo retome la dirección de sus reacciones, es reiniciar el sistema nervioso autónomo a través de una adecuada ventilación. El ejercicio respiratorio más simple es pedirle al paciente que inhale en 4 tiempos, sostenga el aire cuatro tiempos en sus pulmones y exhale lento y con conciencia de ello en 10 tiempos.
- Conectar con sus necesidades: es impensable que podamos trabajar con los miedos emocionales de una persona en crisis, si primero no pongo foco en que sus necesidades más básicas estén cubiertas mínimamente. Que haya comido, dormido regular, que esté con salud aceptable, que sepa que su familia está bien, etc. El trabajo es priorizar los problemas.
- Derivar: hacer el trabajo de urgencia, está bien, pero si la persona no está suficientemente estable o requiere del siguiente paso de atención, tengo que saber que hacer. Actualmente es más simple de lo que parece, con el solo hecho de marcar el 911 o a LOCATEL, los operadores están entrenados para canalizar una crisis psicológica a los canales adecuados como las líneas de atención psicológica de la UNAM, otras universidades o asociaciones de especialistas en salud mental.
- PsicoEducación: los ya mencionados profesionales de la salud mental tenemos la obligación de convertirnos en voceros de que las enfermedades emocionales, conductuales y cognitivas suceden, las padece un considerable porcentaje de la población, no hay razón para seguirlas estigmatizando y que cuando más informados estemos al respecto, mejor será nuestra calidad de vida.
Entendido lo anterior, no nos queda más remedio que hacer nuestra tarea, leer acerca de los PAPS y estar preparados por si algún día una persona cercana a nosotros necesita de nuestra intervención.