SALUD MENTAL

Recomendaciones para los medios de cómo comunicar un suicidio de famosos

Se debe cuidar la forma en que se habla de estos temas con la finalidad de evitar la apología, o incluso, llegar a vanagloriar e incentivar un incremento en los suicidios

Siempre hay que pensar y ser reflexivos del lenguaje que se va a utilizar.
Siempre hay que pensar y ser reflexivos del lenguaje que se va a utilizar. Créditos: Especial
Escrito en OPINIÓN el

En esta última semana comenzamos con la noticia del suicidio del Ex Rector de la Universidad de Guadalajara y Fundador de la Feria Internacional del Libro, Raúl Padilla López. Ante la emergencia de todo el público de saber más al respecto del evento y de los medios de comunicación de darle respuesta a esta necesidad general, se da la información en cuanto surge y con la premura y el revuelo con el que fluyen temas de la importancia como este fallecimiento, se inundan las redes digitales de cualquier tipo de información, muchas veces sin la reflexión necesaria y sin el cuidado y la delicadez que requieren estos temas.

Desde hace ya varios años, para ser más exactos, los meses posteriores al 11 de agosto del 2014, cuando ocurrió el suicidio del famoso actor Robin Williams, la Organización Mundial de la Salud (OMS), hizo un consenso de expertos en salud mental y comunicación y publicó las recomendaciones para los medios de cómo referirse y como informar del suicidio de una personalidad de la farándula, de la política o de amplio reconocimiento social.

Esto con la finalidad de evitar la apología del suicidio, o incluso, llegar a vanagloriar e incentivar un incremento en los suicidios. Baste con decir que en los cuatro meses posteriores al evento de Robin Williams, los suicidios por ahorcamiento se incrementaron en un 10% en los Estados Unidos.

No se debe presentar la información de forma sensacionalista ni con fotos 

Estas recomendaciones giran en varios rubros. No presentar la información de una forma sensacionalista, evitar que se convierta en la noticia central de ocho columnas, no colocar fotos, no repetir innecesariamente la nota en todos los noticieros. En cuanto al método utilizado, no se debe de detallar que métodos se usó, dejar de especular con los motivos por los cuales se realizó el suicidio y, por supuesto, no hablar de si hubo una carta póstuma ni el contenido de la misma.

No hay que citar patrones o sitios de información sobre el suicidio, no nombrar grupos o pactos suicidas, ni comentar que de que se pudiera estar en una “epidemia” de eventos de agresiones contra la propia vida. 

Foto: Canva

Siempre hay que pensar y ser reflexivos del lenguaje que se va a utilizar en la comunicación, no escribir: “cometer un acto suicida”; no decir suicidio frustrado o exitoso, evitar el romanticismo hablando de explicaciones simplistas , no comentar que se dejaron viudos o hijos lastimados; y mucho menos tratar de hipótesis sobre las consecuencias positivas del suicidio.

Ya fueron muchos “No”, pasemos a lo que “Sí” hay que decir en estos comunicados. Hay que esclarecer los mitos que existen sobre el suicidio, hablar del suicidio dentro del contexto de una enfermedad mental, crear listas de datos de alerta y advertencia de suicidio, comentar que es una enfermedad que es susceptible de ser prevenida, describir las estrategias existentes para activar en la ideación suicida, ser enfáticos en que hay que pedir ayuda a la rede apoyo, para en segunda instancia activar a los profesionales o instituciones de salud mental y difundir que existen líneas directas de ayuda y sitios web.

Ser asertivos y correctos en la difusión de los suicidios es medios de comunicación, es y representa una herramienta útil en la escalera de la prevención de esta patología.