Si niegas tus emociones y haces como que todo está bien, tal vez solo las estás reprimiendo, pero ¿tiene algo de malo eso? ¡Sí! Si en vez de reconocer, procesar y liberar nuestras emociones las reprimimos, se alimentan los síntomas psicosomáticos y los patrones autodestructivos. Estos sentimientos se manifiestan en estrés y se acumulan en 10 áreas de nuestro cuerpo, descubre cuáles.
10 áreas del cuerpo donde se acumula el estrés y su significado
De acuerdo con el psicoterapeuta Sean Grover de Psychology Today, las personas almacenamos las emociones no deseadas en estas 10 partes del cuerpo.
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Esto es lo que significa y lo que podríamos hacer para mejorar:
1. Espalda baja: ira. Si te sientes frustrado, la zona lumbar es un lugar común donde se almacena la ira reprimida. Para aliviarla tenemos que aprender a expresar la frustración de manera constructiva y abordar los conflictos con los demás.
2. Estómago e intestinos: miedo. Cuando tenemos miedo tensamos el estómago y los intestinos. Cuanto más negamos o reprimimos nuestros miedos más reacciones físicas se manifestarán. Si expresamos el miedo con palabras, menos influencia tendrá en nuestro cuerpo.
3. Corazón y pecho: dolor. Al liberar un dolor emocional que nos esforzamos en ignorar, la tensión en el pecho se disipa. Llorar una pérdida, por ejemplo, puede ser sanador.
4. Dolor de cabeza: pérdida de control. Controlar todo lleva al agotamiento y a dolores de cabeza. Dejar ir, aceptar lo que podemos y lo que no podemos controlar y desarrollar una práctica de atención plena son hábitos para evitarlo.
5. Tensión en el cuello y los hombros: cargas y responsabilidades. Es probable que estés sobrecargado. Aprender a delegar, pedir apoyo, y decidir qué es lo que vale la pena asumir y compartir responsabilidades, ayudará con este dolor.
6. Fatiga: Resentimientos. El resentimiento estresa a todo nuestro cuerpo, nos impide vivir el momento y experimentar los beneficios de estar presente. Debemos tratar de concentrarnos en perdonar, seguir adelante, y esforzarnos en tener relaciones más satisfactorias.
7. Entumecimiento: Trauma. Cuando nos sentimos abrumados por un acontecimiento, tendemos a insensibilizar nuestros sentimientos. Es la forma que tiene nuestra psique de desvincularse del dolor o el peligro. Con el tiempo, si no procesamos el trauma, el recuerdo del mismo se aloja en nuestro cuerpo.
8. Dificultades respiratorias: ansiedad. Dificultad para respirar, un ataque de pánico que te deja sin aire y una sensación de asfixia cuando estás ansioso son síntomas de personas que están reprimiendo una gran tristeza. Pero contener las lágrimas es muy parecido a contener la respiración, y cuando finalmente lloramos es como liberar la tristeza reprimida y aspirar una dosis de oxígeno fresco.
9. Problemas de voz y garganta: opresión. Esto es común si creciste en un ambiente opresivo, donde decir lo que pensabas o expresar tus necesidades era peligroso. Como resultado, de adulto tiendes a reprimir tus sentimientos. Este choque entre el impulso de hablar y el de contenerse causa tensión y se manifiesta en problemas de garganta y voz. Un diario y leer en voz alta es una forma de ganar confianza.
10. Insomnio: pérdida de uno mismo. Las personas tienden a perder el sueño durante los acontecimientos que cambian la vida, ya sean buenos o malos. Experimentamos ansiedad cuando las circunstancias de nuestra vida cambian. Escribir nuestras preocupaciones, hablarlas con una amistad y aprender a trabajar con el cambio puede ayudarnos a conciliar el sueño.
Reconoce, libera y procesa tus emociones
Finalmente, como señala la investigadora Ingrid Vargas Huicochea, en Estrés: Cómo reconocerlo y aminorarlo: “El estrés es una reacción fisiológica que nos ayuda a sobrevivir en situaciones que ameritan una respuesta rápida y determinante; sin embargo, una respuesta constante, persistente e intensa de estrés puede actuar en nuestra contra: comenzar a generarnos malestares, tanto físicos como psicológicos, incluso, favorecer la aparición de algunas enfermedades”.