Todavía seguimos en verano, pero el otoño se acerca y un gran tema de debate es el de ¿cuántas veces hay que bañarse a la semana? Y es por eso que Harvard ha hecho una investigación para darnos una respuesta definitiva.
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Hay personas que durante el verano se llegan a bañar hasta tres veces al día, y hay quienes durante el invierno lo hacen dos veces por semana, pero ¿cómo afecta el bañarse demasiado o el no hacerlo? Harvard da una respuesta
La cantidad de veces que te debes de bañar durante la semana según Harvard
Un estudio realizado por la Facultad de Medicina de Harvard ha concluido que bañarse todos los días no es tan saludable como se cree. El informe ha demostrado que existen efectos negativos de la higiene diaria excesiva, ya que abre el debate sobre cuál es la frecuencia ideal de baño para preservar la salud y la integridad de la piel.
Los expertos de Harvard señalan que no existe una respuesta única cuando se trata de la frecuencia óptima de baño, ya que hay factores como el clima, el nivel de actividad física y las características individuales de la piel juegan un papel importante a la hora de determinar un número de veces que las personas se deberían de bañar a la semana. Esta variabilidad significa que lo que puede ser beneficioso para uno puede no serlo para otro.
Sin embargo, Harvard señala que para muchas personas bañarse dos o tres veces por semana puede ser suficiente para mantener una buena higiene sin comprometer la salud de la piel. Esta frecuencia permite mantener los aceites naturales y una barrera protectora, esenciales para su función saludable.
La Universidad de Harvard también señala en su informe que es importante ajustar la constancia según las necesidades individuales y las circunstancias específicas. Es decir, no es lo mismo bañarse únicamente dos veces a la semana si vives en un lugar muy caluroso a tener esta práctica si vives en un lugar muy frío donde prácticamente no sudas ni te ensucias.
¿Cuáles son los riesgos de bañarse todos los días?
La investigación encontró que bañarse diariamente puede tener efectos negativos en la piel. Aunque el agua fría puede parecer una opción más segura, el problema no radica en la temperatura, sino en la frecuencia de las duchas.
Entre los peligros más comunes se encuentran:
- Deshidratación de la piel: la pérdida de aceites naturales causa sequedad y agrietamiento.
- Mayor riesgo de infecciones: la piel agrietada facilita la entrada de bacterias y alérgenos, aumenta el riesgo de infecciones cutáneas y reacciones alérgicas.
- Impacto en el sistema inmunológico: exponerse a micropartículas ambientales es vital para desarrollar anticuerpos protectores. Por eso, los dermatólogos y pediatras recomiendan evitar el baño diario en niños para no debilitar su sistema inmunológico.
- Alteración del equilibrio microbiano: los jabones antibacterianos eliminan tanto las bacterias dañinas como las beneficiosas, alterando el equilibrio natural de la piel y potencialmente contribuyendo a la resistencia a los antibióticos.
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