Aunque es posible obtener suficientes probióticos a través de la dieta, especialmente mediante el consumo de alimentos fermentados como el yogur, el kéfir, el chucrut, el kimchi, el tempeh y el miso, existen diferencias significativas entre los tipos de probióticos disponibles, sobre todo en suplementos de venta libre, por lo que es importante considerar la composición de cepas bacterianas, la viabilidad, estabilidad, dosis, concentración y calidad de los productos que cumplen esta función en el mercado mexicano.
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Por ello, el Dr. Carlos Bernardo Barrón Martínez, Gerente de Relaciones Públicas Médicas de PiSA Farmacéutica, explica que, como primer paso, es fundamental consultar a un médico antes de comenzar a tomar probióticos para contrarrestar enfermedades gastrointestinales, así como regular el sistema inmunológico, reducir el colesterol y la presión arterial, y hasta mejorar la salud de la piel.
“El consumo de probióticos generalmente es seguro, pero en algunos casos pueden presentarse malestar estomacal, hinchazón, flatulencia o diarrea. Para minimizar estos efectos, se recomienda consultar a un médico, comenzar con dosis bajas y elegir productos de calidad”.
“Los probióticos específicos para niños, mujeres embarazadas y personas mayores también pueden ser una opción adecuada”.
Y es que los probióticos ofrecen varios beneficios esenciales para la salud digestiva: ayudan a mantener un equilibrio saludable de bacterias en el intestino, fortalecen la barrera intestinal y mejoran la absorción de nutrientes, pues se trata de microorganismos vivos, como bacterias o levaduras, que llegan directamente al intestino y mejoran la absorción de los nutrientes que consumimos.
“Los antibióticos pueden desequilibrar la microbiota intestinal eliminando bacterias dañinas y beneficiosas. Los probióticos pueden ayudar a restaurar este equilibrio, proteger contra infecciones y fortalecer el sistema inmunológico”, explica el Dr. Carlos Bernardo Barrón Martínez, Gerente de Relaciones Públicas Médicas de PiSA Farmacéutica.
El uso de probióticos se recomienda en las siguientes condiciones digestivas:
- Diarrea asociada a antibióticos: Especialmente cepas de Lactobacillus y Bifidobacterium.
- Síndrome del intestino irritable (SII): Cepas de Bifidobacterium infantis y Lactobacillus plantarum son efectivas.
- Enfermedad inflamatoria intestinal (EII): Pueden ayudar a reducir la inflamación y mejorar los síntomas.
- Intolerancia a la lactosa: Cepas como Lactobacillus acidophilus y Lactobacillus bulgaricus pueden ser útiles.
- Infecciones gastrointestinales: Cepas como Lactobacillus rhamnosus y Saccharomyces boulardii son eficaces.
Beneficios digestivos y anímicos de los probióticos
Conocer la oferta de probióticos en el mercado farmacéutico y tener un acercamiento médico en el control de la salud digestiva es una tarea que cada vez se vuelve más necesaria entre el consumidor mexicano, pues el nivel de estrés, la ansiedad y depresión también puede ser contrarrestado con este método de prevención.
De acuerdo con el Dr. Carlos Bernardo Barrón Martínez, son estos los que fortalecen la barrera intestinal y hacen frente a padecimientos tan comunes como el síndrome del intestino irritable, así como la diarrea asociada a antibióticos, el estreñimiento, dolor abdominal e inflamación.
”Los probióticos ayudan a mantener el equilibrio del microbiota intestinal restaurando la flora bacteriana, produciendo sustancias antimicrobianas, reforzando la barrera intestinal y modulando la respuesta inmunológica. Estas acciones previenen la inflamación y promueven un ambiente saludable en el intestino”, dice el experto.
Se recomienda tomar probióticos durante un periodo mínimo de 4 a 6 semanas para comenzar a notar mejoras palpables en la función digestiva. Aunque algunos efectos positivos pueden ser perceptibles en tan sólo 2 a 4 semanas, otros más completos pueden tardar hasta 8 semanas en manifestarse completamente, dependiendo del tipo de probiótico y las condiciones individuales de salud.
Sin embargo, estos no deben verse como una solución única en el tratamiento de trastornos digestivos y su uso debe estar guiado por profesionales de la salud en cada caso particular.
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