SALMONELOSIS Y AMEBIASIS

Así puedes prevenir una infección por salmonelosis o amebiasis

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se enferman de estas infecciones 550 millones de personas a nivel mundial y de estos, 220 millones son menores de cinco años; aprende a prevenirlas correctamente

La higiene personal y en los alimentos es fundamental para prevenir salmonela y amebiasis.
La higiene personal y en los alimentos es fundamental para prevenir salmonela y amebiasis. Créditos: Canva
Escrito en VIDA SANA el

La salmonelosis y la amebiasis son dos enfermedades infecciosas que afectan principalmente el tubo gastrointestinal y que pueden causar graves consecuencias a la salud si no las tratamos a tiempo. Así lo afirma en entrevista con Sumédico la doctora Isabel Martínez del Río Requejo, destacada profesional en el campo de la salud y vocero oficial de PiSA Farmacéutica. 

En su participación en el podcast Vida Sana en Sumédico, la experta detalló que la salmonelosis es causada por una bacteria y causa síntomas como diarrea, distención abdominal, malestar general, dolor articular, fiebre y, sobre todo, deshidratación.

“La deshidratación severa por salmonelosis puede requerir que nos den electrolitos por vía intravenosa”, alertó. 

Además, enfatizó que una de las complicaciones más graves de la salmonelosis es que la bacteria pase al torrente sanguíneo, causando una bacteremia o incluso, una sepsis, que es una afección potencialmente mortal.

La amebiasis por su parte, es causada por un parásito y causa síntomas como distención abdominal, diarrea, cólicos abdominales, dolor de cabeza, náuseas y en ocasiones vómito.

Entre las principales complicaciones de esta infección, la doctora Martínez destaca que los parásitos pueden pasar del tubo gastrointestinal al hígado, causando alteraciones en este órgano por la formación de unos quistes que se pueden romper y provocar una peritonitis.

Causas de salmonelosis y amebiasis 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se enferman de estas infecciones 550 millones de personas a nivel mundial y de estos, 220 millones son menores de cinco años.

La salmonella es la cuarta causa de enfermedades diarreicas a nivel mundial y la amibiasis es la cuarta enfermedad parasitaria más frecuente, lo que representa en promedio, 50 millones de casos al año.

En México, tenemos más de 16 millones de portadores de amebiasis, 1.3 millones de enfermos y de 10 mil a 30 mil muertes por esta infección parasitaria, lo que nos permite afirmar que es de las primeras causas de mortalidad a nivel nacional. 

Tanto la salmonelosis como la amebiasis son causadas por factores muy similares, incluyendo la falta de higiene en los alimentos y a nivel personal. 

“La higiene en los alimentos se debe cuidar desde que son sembrados o producidos los productos, ya que se pueden contaminar con el agua de riego, en el transporte o cuando llegan a los sitios donde los compramos”, dice la experta.

Al respecto, la doctora Martínez señala que en casa debemos ser muy cuidadosos en cómo lavamos y cocinamos los alimentos, también en cómo los almacenamos, por ejemplo, si los dejamos destapados mucho tiempo pueden contaminarse fácilmente. 

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A nivel personal, no lavarnos las manos después de ir al baño o antes de comer o al preparar los alimentos puede influir en el desarrollo de salmonelosis y amebiasis. 

¿Cómo prevenir estas infecciones estomacales?

Las personas más vulnerables ante estas infecciones son los niños y niñas, las personas mayores y aquellas con algún tipo de inmunodeficiencia por alguna otra enfermedad.

De acuerdo con la experta, en los niños y bebés lactantes, el sistema digestivo no ha llegado a la madurez y cuando están explorando su entorno, muchas veces chupan objetos sucios o contaminados, lo que favorece las infecciones por salmonella o amebiasis.

Las deficiencias nutricionales en esta etapa también vuelven a los pequeños más susceptibles a estas enfermedades.

Por su parte en los adultos mayores no hay un equilibrio en la microbiota intestinal, volviéndolos más sensibles a las bacterias y parásitos que causan infecciones del tubo gastrointestinal.  

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“La principal prevención de estas infecciones es la higiene y el control de los alimentos, principalmente cocinando bien y a altas temperaturas los alimentos crudos como la carne y lavando bien las frutas y verduras. Los lácteos deben estar bien pasteurizados”, alerta la doctora Martínez.

También es fundamental tener una buena higiene en las superficies donde cocinamos o preparamos los alimentos, así como donde los guardamos y con los utensilios.

Así se deben tratar las infecciones por salmonella y amebiasis

La doctora Martínez destaca que se trata de enfermedades autolimitantes, es decir, que nuestro propio sistema digestivo las puede combatir, pero esto no siempre sucede, por lo que es fundamental acudir al médico para que nos indique el mejor tratamiento para controlar los síntomas, principalmente la diarrea, el dolor de estómago y la deshidratación. 

“Es fundamental una hidratación adecuada con electrolitos” 

La atención médica es necesaria para identificar si los síntomas son causados por un parásito o una bacteria, ya que de eso depende si nos prescriben antiparasitarios o antibióticos.

También es común que después de estas infecciones se tenga un desequilibrio en la microbiota intestinal, por lo que la especialista recomienda acudir al médico para que nos recomiende prebióticos y probióticos para fortalecer nuestra flora intestinal y sistema inmunológico.

En zonas de pobreza extrema, es fundamental asegurar el acceso a agua potable para la correcta higiene personal y de alimentos, así como el adecuado desecho de residuos, que cuenten con drenaje y letrina.

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“También hace falta una mayor concientización en esas regiones de cómo deben lavar y conservar los alimentos; si no tienen métodos de refrigeración, que los consuman rápido o que los dejen lo menos posible a la interperie”.

El personal de salud también requiere de una capacitación continua para reconocer los síntomas más comunes de salmonela y amebiasis para que se haga un diagnóstico temprano y así evitar que la infección se propague en la familia o cause complicaciones graves. 

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