A todos nos ha pasado que, teníamos algo que hacer y sin darnos cuenta cuando volteamos a ver el reloj, como por arte de magia ya pasaron muchos minutos haciendo nada, o bien, realmente perdiendo el tiempo en redes sociales. Pero, ¿cómo romper este hábito de procrastinar?
Para la plataforma de gestión de proyectos Asana, la procrastinación, en realidad, no se debe a falta de motivación sino a la falta de claridad. Y normalmente lo hacemos por pereza, falta de autocontrol, miedo al fracaso, malos hábitos desarrollados, perfeccionismo, la sensación de que el trabajo no es urgente, confusión con respecto a lo requerido, diálogo interno negativo, miedo a los proyectos complejos y abrumadores, y/o hacer varias tareas a la vez.
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Mientras que, para los psicólogos de PsicoAbreu, este tipo de comportamiento se relaciona con características como el perfeccionismo, ansiedad, baja autoestima, bajo autocontrol y desconfianza en sí mismo. “La procrastinación se entiende como una evidencia del miedo al fracaso, que motiva a la persona a posponer el momento de realizar las tareas por el malestar que le supone la posibilidad de fallar o no llegar a las exigencias establecidas”.
¿Cómo romper el hábito de procrastinar?
Para los especialistas en salud mental, a largo plazo, la procrastinación puede tener efectos negativos en nuestra vida, por ejemplo, llevarnos a una sensación de aumento del estrés por la acumulación del trabajo, disminución de la autoeficacia, sentimiento de culpa por dejarlo para más tarde, y sensación de pérdida de tiempo.
Es por ello que sugieren siete puntos a evaluar para disminuir o lograr romper con el hábito de procrastinar:
- Organiza el tiempo. Clarifica las tareas pendientes y priorízalas para poder organizar el tiempo que le dedicarás a cada una. Ponle fecha y hora mediante un calendario para facilitar que la realices.
- La regla de dos minutos. Si existe algo que puedas hacer en los próximos dos, cinco o diez minutos, es preferible que lo hagas en lugar de planificarlo. Esto se debe a que se tarda más en planificar que en realizar y, además, disminuyes la cantidad de pequeñas tareas pendientes.
- Disminuye distracciones. Durante el tiempo que estemos realizando las tareas, disminuir la posibilidad de distracciones. Esto significa, no tener el móvil a mano, tener la televisión apagada, cuidar las condiciones ambientales para poder desempañar la tarea cómodamente, etcétera.
- Evita la perfección. El objetivo final es realizar las tareas pendientes, no hacerlas perfectas. Ese nivel de autoexigencia aumenta el estrés y dificulta que la persona finalice la tarea, ya que siempre identifica algo por mejorar o, bien, desiste en el intento porque se ve incapaz de hacerlo.
- Respeta el descanso. Si el agotamiento aparece, es preferible pausar la tarea y descansar. Insistir en esos momentos no resulta útil y fomenta el estrés.
- Recompensas. Establece recompensas por las tareas realizadas, aumenta la motivación por las mismas.
- Conviértelo en un hábito. Finalmente, si cada una de estas estrategias se convierte en un hábito y rutina, sustituirán al hábito de procrastinar.
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