En la semana pasada se difundió fuertemente en redes un video de un programa de radio donde se hablaba de un dispositivo mágico que a través de ondas de radiofrecuencia y magnéticas se puede abordar el cerebro y hacer un diagnóstico y tratamiento del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) con resultados sorprendentes donde los niños pueden avanzar en 10 sesiones lo que avanzarían en un año del manejo estándar.
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Una gran cantidad de influencers médicos en el área de la salud mental y las principales asociaciones involucradas en la atención de este grupo de pacientes, como la Asociación Mexicana de Psiquiatría Infantil, la Asociación Psiquiátrica Mexicana y la Sociedad Mexicana de Neuropediatría, respondieron de forma enfática en desmentir estas aseveraciones y evitar que se siga difundiendo y lucrando con la desinformación en un tema tan sensible para todos los padres involucrados en el cuidado y desarrollo cognitivo de sus hijos en edades muy relevantes.
Hay que ser contundentes en decir que nada supera al diagnóstico clínico (esto quiere decir, a las entrevistas dirigidas por un experto en el área), donde se busca la presentación y severidad de los criterios del Manual Estadístico de Enfermedades en Psiquiatría (DSM-5 por sus siglas en inglés).
Síntomas que presenta el niño con TDAH
Sólo por mencionarlos se define la presencia de Inatenciones referidas a errores en tareas escolares, distractibilidad en los eventos académicos, perder detalles de las conversaciones, dificultades en la gestión y organización del tiempo, problemas para iniciar tareas, pierde objetos con frecuencia y no puede inhibir al resto de los estímulos externos.
Se suman los eventos de hiperactividad, como la dificultad para permanecer sentado, no se puede ocupar en actividades recreativas sin moverse continuamente y sentir como si tuviera un “motor interno”. Reportes frecuentes de impulsividad como el no dejar terminar las frases a los demás o problemas para esperar los turnos en situaciones de la vida cotidiana.
Todos estos ejemplos deben de pasar frecuentemente y alterar mi funcionalidad y calidad de vida, así como no explicarse por cualquier otra causa médica, emocional o por consumo de sustancias o medicamentos.
Ya se cuentan con algunas herramientas clinimétricas, o sea de escalas psicológicas estandarizadas y validadas para diferentes poblaciones que nos ayudan a fundamentar nuestras sospechas clínicas y poder mapear y perfilar el tipo predominantes de síntomas que presenta el niño portador de TDAH, dentro de esta condición de neurodiversidad.
Hay que decir que el manejo base se fundamenta en terapia cognitivo conductual y rehabilitación neurológica para favorecer sus fortalezas y, así ayudar a suplementar sus áreas de mayor carencia y problema.
Así mismo, se encuentra en pie las investigaciones de dispositivos médicos con aprobaciones por parte de la Agencia Regulatoria de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés), que ya cuentan con aprobaciones para depresión, ansiedad o insomnio, como la estimulación magnética transcraneal o de corriente directa, y que se están mapeando los sitios, potencias, frecuencias y protocolos que puedan mejorar el estado y desarrollo de los pacientes portadores de esta condición, no así los que mencionan en el reportaje que no cuentan con ningún estudio estandiarizado y con bases científicas en las agencias regulatorias.
Se trata de un problema especialmente sensible y donde es natural que queramos beneficiar de forma más rápida y eficaz a nuestros niños, pero los invitamos a informarse en fuentes confiables y consultar a los especialistas antes de tomar decisiones rápidas.
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