En México, el Día de Muertos es una festividad que nos invita a recordar y honrar a quienes ya no están, un acto profundamente arraigado en nuestra cultura y que permite resignificar la muerte desde el amor y la memoria. Sin embargo, el proceso de enfrentarse a una pérdida puede ser doloroso y complicado.
La tanatología, una rama de la psicología y la medicina enfocada en el duelo, ayuda a las personas a transitar por esta etapa de manera saludable.
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La tanatología es una disciplina de acompañamiento que ofrece apoyo a quienes están enfrentando pérdidas, ya sea la muerte de un ser querido, el fin de una relación significativa o cualquier cambio de vida que implique una ruptura emocional profunda. Como un subtipo de psicoterapia, la tanatología ayuda a comprender y procesar las emociones intensas y complejas que surgen en el duelo. Con técnicas y herramientas específicas, los tanatólogos apoyan en la reorganización emocional y ayudan a darle un nuevo sentido a la vida después de la pérdida.
Para muchas personas, el duelo es un proceso natural que, con el tiempo, logra ser asimilado. Sin embargo, en algunas ocasiones, las emociones de tristeza, ira, confusión o desamparo pueden volverse abrumadoras e interferir en el funcionamiento cotidiano. Aquí es donde un tanatólogo puede marcar la diferencia, proporcionando un espacio de escucha activa y herramientas específicas para lidiar con el dolor.
¿Cuándo es necesario acudir con un tanatólogo? 5 señales
Existen ciertos indicadores que nos pueden señalar la necesidad de acudir a consulta tanatológica:
- Duelos prolongados: Si la pérdida ocurrió hace tiempo (meses o años) y las emociones siguen tan intensas como al principio, puede tratarse de un duelo complicado que requiere atención profesional.
- Dificultad para retomar la vida: Cuando la persona siente que no puede avanzar, que cada aspecto de su vida sigue condicionado por el dolor de la pérdida, es un signo de que necesita apoyo.
- Alteraciones en el sueño o la alimentación: Cambios drásticos en estos aspectos, como insomnio persistente o pérdida de apetito durante largos periodos, pueden ser señales de un duelo que necesita ser procesado.
- Sentimientos de culpa o autorreproche: El duelo puede traer consigo una serie de emociones contradictorias, pero cuando la culpa se vuelve predominante, es momento de buscar ayuda.
- Pensamientos recurrentes sobre la muerte: La aparición de pensamientos persistentes sobre la muerte o la incapacidad de dejar de pensar en la persona fallecida son indicadores de un duelo que no se está resolviendo adecuadamente.
Un tanatólogo, a diferencia de otros especialistas en salud mental, tiene formación específica en la comprensión y tratamiento del duelo. Su acompañamiento no se centra únicamente en el alivio de los síntomas, sino en ayudar a la persona a encontrar un camino de aceptación y sentido en la nueva realidad sin su ser querido.
Durante las sesiones, un tanatólogo puede guiar a la persona en la exploración de sus emociones, ayudándole a expresar lo que siente sin juicios ni presiones. A través de diversas técnicas, como la visualización, el diálogo interno y ejercicios de despedida simbólica, el tanatólogo facilita la integración del dolor y el recuerdo de la persona fallecida, promoviendo una conexión emocional sana y liberadora.
En el Día de Muertos, mientras recordamos a nuestros seres queridos, también podemos reflexionar sobre la importancia de un duelo sano. Si identificamos en nosotros mismos o en alguien cercano las señales de un duelo complicado, no hay que dudar en buscar el apoyo de un tanatólogo.
La tanatología es, en esencia, una guía para atravesar uno de los procesos más humanos que existen: aceptar la muerte y, desde el amor, aprender a vivir con su huella.