HIPOCONDRIASIS

Hipocondriasis…Cuando la mente engaña al cuerpo

La ruta crítica para presentar la hipocondriasis es el tener ansiedad que no puede ser controlada por los mecanismos de defensa, lo que lleva a ser somatizada en el cuerpo

Presentar un síntoma no es indicativo de enfermedad.
Presentar un síntoma no es indicativo de enfermedad. Créditos: Canva
Escrito en OPINIÓN el

Conviene decir que ya no se llama hipocondriasis a estos padecimientos en el lenguaje de la psiquiatría, ya nos referimos a estas enfermedades como trastornos somatomorfos. Dentro de esta clasificación vienen varias subdivisiones y una de ellas en específico que se conoce como Trastorno de ansiedad por enfermedad.

TODOS SOMATIZAMOS… si entendemos por ello presentar síntomas físicos que no están relacionados a una evento físico médico específico. Ejemplos de esto sobran: dolores de cabeza, incrementos de la presión arterial, dolores de espalda, hormigueos en los brazos y piernas, alteraciones del apetito o insomnio; todos estos en respuesta a estrés exagerado o preocupaciones propias de la vida.

Pero para hablar de hipocondría tendríamos que puntualizar que se trata del miedo muy fijo de la persona de presentar una enfermedad hecha y derecha y con todo el nombre y apellido, no sólo un síntoma físico vago e indefinido.

Hipocondriasis, una ansiedad que no puede ser controlada

La semana pasada recibí en el consultorio en cita de primera vez a un hombre de 29 años que venía desde Florida a evaluación. Soltero, guapo, bastante fornido, piloto de pruebas de aviones experimentales y con una firme y clara intención de ingresar a la Fuerza Aérea Americana. Entró a mi oficina con un sobre gordo y perfectamente organizado de estudios de laboratorio y de gabinete de dos años a la fecha.

En ese tiempo es que él tomó la decisión de tratar de ingresar a la Fuerza Aérea y se encontró con una gigante piedra en el camino de sus planes: sólo contaba con visa de trabajo americana y no con la famosa “green card”, requisito necesario para seguir con su meta. Ahí comenzó con su calvario… hizo rápidamente todos los trámites que le pidieron, busco cartas de recomendación hasta de generales del ejército, pero a final de cuentas, la decisión final quedó fuera de sus posibilidades de control y sin una cara a la cual insistirle y sin una fecha fija de resolución.

Evidentemente esta situación le ha generado un nivel de estrés que ya podríamos bien clasificar como ansiedad de moderada a severa que es imposible de encontrar vía de canalización. Es por esto que hace un año y medio comienza con síntomas físicos inexplicables: cansancio extremo, problemas constantes de sueño, alteraciones en el apetito, dolor en la parte alta de la espalda, el cuello y la nuca, fiebres intermitentes que no correspondían a infecciones, y constantes molestias en todas las articulaciones del cuerpo que se acompañaban con sensación de “espinas enterradas” en los brazos y las piernas.

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Inmediatamente empezó a buscar en el internet a qué enfermedades podían corresponder estos síntomas que nunca había tenido en esta presentación en toda su vida. Se encontró primero con varios tipos de enfermedades virales del tipo TORCH (se incluyen los que producen toxoplasmosis y rubeola entre otros), síndrome de Guillán-Barré (enfermedad neurológica donde se afectan progresivamente las terminaciones nerviosas motoras de la médula espinal hasta que presentan dificultad para respirar y tienen que pasar un tiempo en la terapia intensiva) y varios tipos de infecciones producidas por los virus del Herpes en el sistema nervioso central.

Al encontrar todos estos datos su siguiente paso fue acudir a un par de médicos para solicitarles todas las pruebas de laboratorio necesarias para descartar estos padecimientos, resultando todas negativas. Siguió con su investigación “porque yo sabía que estaba enfermo de algo”.

Se encontró con las descripciones del hipotiroidismo, sobre todo por el cansancio y las alteraciones en el sueño, nuevas pruebas de laboratorio, igualmente, todas negativas. Mientras iba cargando progresivamente con una gran cantidad de sufrimiento. Ya a finales del año pasado, su peor síntoma era ya el dolor del cuello y la nuca y llegó a la conclusión de que padecía de un caso de probable hernia de disco de algunas vértebras lumbares y por lo caro de las resonancias magnéticas allá en Estados Unidos es que ya decide venir a México a realizarse los estudios e ir a cita con el neurocirujano.

Aquí se encontró con otra respuesta negativa a su búsqueda de enfermedad y fue enviado con un fisioterapeuta, que posterior a una larga consulta de dos horas llegó a la conclusión de que el dolor que tenía era secundario a contracturas crónicas en los músculos del cuello secundarias a la ansiedad crónica que padecía y le hizo la referencia obligada a mi consulta, a la cual tardó todavía dos meses en venir, “porque no estoy loco”.

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Esta kilométrica descripción me sirve para resaltar el elemento principal de diagnóstico, la creencia fija y perseverante de padecer una enfermedad en específico a pesar de encontrar resultados negativos en las pruebas, lo que genera el segundo elemento frecuente en estas historias, el constante peregrinar de médico en médico y de procedimiento en procedimiento, con el consecuente riesgo que se asume con algunos procedimientos de diagnóstico que pueden ser invasivos o tratamientos que den los médicos ante las quejas frecuentes del paciente.

Ahora hablemos de la causa, y también por eso quise comenzar hablando de que ahora se le llama trastorno de ansiedad por enfermedad. La ruta crítica para presentar la hipocondriasis es el tener ansiedad que no puede ser controlada por los mecanismos de defensa ante ella que he ido desarrollando a lo largo de mi vida, y que como no puedo resolver la ansiedad de manera “consciente”, los mecanismos inconscientes la llevan a ser somatizada a través de mi cuerpo, eso sí; cada persona somatiza de diferente manera.

Recomendaciones para enfrentar un probable trastorno de hipocondriasis

  1. Presentar un síntoma no es indicativo de enfermedad, de hecho el 75% de los adultos presentaron un síntoma físico inexplicable durante la semana pasada sin ser producto de una patología en específico.
  2. NUNCA, NUNCA, NUNCA diagnosticarse con el DR. GOOGLE.
  3. Acudir al médico con la mente abierta a dejarlo hacer su trabajo y que él oriente su diagnóstico con sus sospechas clínicas (al momento de explorarte) y los laboratorios y estudios complementarios que él considere necesarios.
  4. Si varios médicos llegan a la conclusión de que no tengo una enfermedad de su campo, evaluar la posibilidad de elegir a un solo médico como jefe de mi diagnóstico y tratamiento y que él vaya decidiendo sobre mi evolución y cuando necesito nuevos estudios o visitar a otro especialista.
  5. Si el médico en jefe de mi tratamiento me recomienda ir al psiquiatra…NO SIGNIFICA QUE ESTÉ LOCO.
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En la psicoterapia de los pacientes con un desorden somatomorfo se utilizan técnicas bien descritas que tienen como objetivo:

  • Distraer el foco de atención de las personas hacia otros lugares que no sean el estar monitoreando constantemente sus síntomas físicos.
  • Ser asertivo para poder juzgar de manera justa los síntomas y conocer que todos presentamos siempre molestias en el cuerpo que no forzosamente representan el aviso de una enfermedad.
  • Entender que estos malestares son frecuentemente la manifestación física de otros problemas emocionales y de manejo del medio ambiente, por lo tanto, si me centro en generar soluciones para estos problemas los síntomas deben de disminuir.