¿A qué edad empezaste a hacer dietas? Probablemente desde una edad muy temprana vives con la idea de que tu cuerpo debe ser más delgado y que tienes que comer cada vez menos o “quemar las calorías extras” con mucho ejercicio.
En las primeras semanas o meses de empezar una dieta, seguro lograste bajar de peso y tuviste resultados maravillosos, pero después ya no lograbas bajar más, al contrario, recuperaste todo el peso perdido o incluso, ganaste más.
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Esto te llevó a restringir aún más tus alimentos, hacer más ejercicios y sentirte cada vez peor con tu cuerpo.
Lamentablemente, la llamada cultura de las dietas nos ha causado un importante daño no solo a nivel físico, sino también mental, pues constantemente vivimos preocupados y ansiosos por nuestro peso y lo que comemos. Sin embargo, cada vez hay más evidencia de que las dietas no funcionan ni funcionarán.
Nutrióloga explica por qué las dietas no funcionan
Raquel Lobatón es nutrióloga anti-dietas y durante 20 años de dedicarse a ser una nutrióloga “tradicional” o centrada en el peso de sus pacientes, fue dándose cuenta de que las personas que atendía siempre volvían porque recuperaban el peso perdido o incluso ganaban más a pesar de seguir dietas restrictivas.
“A los nutriólogos se nos ha dicho que una de nuestras principales labores es preescribir dietas hipocalóricas para ‘ayudar’ a las personas a conseguir su ‘peso ideal’, un concepto absurdo que se puede comparar a que una persona tenga una estatura ideal o un tamaño de pie ideal”, afirma.
De acuerdo con la experta, se nos ha vendido la idea de que al comer menos vamos a bajar de peso o a conseguir ese supuesto peso ideal y que nos vamos a mantener así para siempre, pero esto nunca es así.
“En mis consultas me di cuenta de que muchas personas no podían bajar de peso a pesar de hacer dietas restrictivas y generalmente a quienes más les costaba perder peso era a aquellas que ya habían hecho muchas dietas antes”
La experta también notó que aquellas personas que sí bajaban de peso y eventualmente lo recuperaban o incluso ganaban más, en su desesperación tenían conductas alimenticias de riesgo, una peor relación con la comida y con su cuerpo.
“Ya habían probado de todo, jugos, pastillas, remedios e innumerables dietas con otros nutriólogos, pero ahora tenían más miedo a comer, se prohibían cada vez más alimentos y tenían atracones. Ahí me di cuenta que las dietas no estaban ayudando, que en realidad, estaban haciendo daño. Pensé incluso en cerrar mi consultorio cuando descubrí un concepto llamado Salud En Todas las Tallas”, menciona Lobatón.
Salud En Todas las Tallas ¿Podemos estar sanos sin bajar de peso?
La también divulgadora, tallerista, conferencista y activista por la diversidad corporal, menciona que este concepto es un abordaje de salud con muchos años de investigación detrás y que demuestra que no existe una sola intervención que demuestre que se puede perder peso y mantenerlo a lo largo de los años.
“Siempre se les dice a las personas que no pueden bajar de peso que son flojos, que no le echan ganas, pero eso es mentira, existe evidencia científica de que el 95% de las personas que pierden peso con cualquier dieta, lo recuperan en un periodo de entre dos y cinco años y dos terceras partes suben más de lo que habían bajado”
Dentro del concepto de Salud En Todas las Tallas, no se usan los conceptos de sobrepeso y obesidad, porque son altamente estigmantizantes. Al respecto, la nutrióloga Lobatón menciona que decir que alguien tiene sobrepeso es como decir que alguien tiene sobrestatura, mientras que la palabra obesidad ha patologizado los cuerpos grandes.
“Todas las personas gordas han hecho una dieta al menos una vez en su vida porque vivimos en un mundo gordofóbico que las discrimina y les señala por su cuerpo”
¿Cómo romper con la cultura de las dietas?
La experta señala que el primer paso es tomar consciencia de todo el daño que nos ha causado la cultura de las dietas, aunque no es fácil.
“Es un camino doloroso, las personas viven un duelo al darse cuenta de cuántas mentiras nos hemos creído sobre nuestro cuerpo y cuánto daño nos han hecho las dietas, pero es totalmente normal, hay que tener autocompasión y validar lo que sentimos”.
Estas emociones pueden abrumarnos aún más porque no es fácil renunciar a nuestras creencias y al ideal de delgadez y los privilegios que otorga en la actual sociedad gordofóbica.
Algo que puede ayudarnos es hacer comunidad con otras personas que están pasando por lo mismo y si es nuestra posibilidad, recibir asesoría de un especialista en nutrición que no esté centrado en el peso.
“A los profesionales de la salud yo les diría que antes de juzgar a los pacientes que no pueden bajar de peso les pregunten ‘¿tienes culpa al comer?’, ‘¿cuántas veces has intentado bajar de peso sin conseguirlo?’, porque hay muchos estigmas, se asume que por ser gordos comen mal o no hacen ejercicio o que su peso es la causa de sus malestares”
Alimentación intuitiva
Una de las claves para romper con la cultura de dietas es entender e implementar la alimentación intuitiva, que es un modelo de alimentación desarrollado por dos nutricionistas estadounidenses en los años 90, enfocado en ayudar a las personas a conectar con su cuerpo y con sus señales de hambre.
Consiste en confiar más en nuestro cuerpo porque tiene la capacidad de guiarnos para tomar decisiones asertivas de alimentación y no depender de reglas para comer ni restricciones o prohibiciones, sino buscar una alimentación flexible.
“Lo principal es respetar a nuestro cuerpo y esto se refiere a que no tenemos la capacidad de modificarlo y que no se trata de hacer dietas para ‘vernos mejor’, sino aceptar a nuestro cuerpo, respetarlo y cuidarlo en el peso y el tamaño que tiene”
Otro punto clave es abordar el ejercicio desde el disfrute y el placer, realizarlo para sentirnos mejor y no para castigarnos ni para compensar lo que comimos.
Finalmente, es necesario honrar a nuestro cuerpo con una nutrición gentil, es decir, que cuando dejamos las restricciones y nos damos el permiso de comer, nos vamos a dar cuenta de que no solo queremos aquello que se considera poco saludable.
En este punto, es importante mencionar que las personas con padecimientos como diabetes, hipertensión o colesterol alto, requieren ciertas adaptaciones para manejar la enfermedad, pero no centradas en perder peso.
“Esto significa que a una persona con diabetes que es gorda le voy a dar las mismas adaptaciones que a una que es delgada, porque la alimentación va a estar centrada en controlar sus glicemias, no en que baje de peso”
Si estás luchando con culpas, miedos y reestricciones por intentar bajar de peso, el libro "Tu peso no es el problema" puede brindarte las respuestas que buscas sobre cómo dejar de pensar que tu cuerpo es un problema que debes resolver y que depende de ti.
“Este libro es una invitación a plantearnos por primera vez que nuestro peso no es un problema, que tenemos derecho a disfrutar la vida en el cuerpo que tenemos hoy y a comer lo suficiente sin sentir culpa y sin vergüeza. Que está bien dejar de perseguir la delgadez y de hacer dietas, todo con un enfoque de perspectiva de género, porque es una realidad que a las mujeres se nos juzga peor por subir de peso”, concluye la nutrióloga.
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