La Secretaría de Salud explica que la sal es un nutriente esencial para funciones específicas en el organismo y uno de los principales ingredientes para preservar los alimentos y bebidas. Sin embargo, su consumo en exceso puede afectar gravemente la salud y hoy te diremos cómo los sustitutos de la sal ayudan a cuidar el corazón.
La Organización Mundial de la Salud recomienda menos de dos gramos de sodio al día, equivalente a cinco gramos de sal; en México, 85% de las personas adultas comen entre siete y nueve gramos al día.
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La ingesta de sal superior a lo recomendado altera el funcionamiento de las arterias y, en consecuencia, incrementa el riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares.
¿Cómo ayudan los sustitutos de la sal a cuidar el corazón?
Un estudio realizado por investigadores en Australia encontró que cambiar la sal por productos sustitutos de la sal en los alimentos puede ayudar a proteger a las personas de la muerte prematura y, en particular, de la muerte por problemas cardíacos como un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.
Los beneficios de los sustitutos de la sal se observaron en los riesgos de un grupo de problemas de salud conocidos como enfermedades cardiovasculares, que incluyen enfermedades cardíacas, problemas de válvulas cardíacas y ritmo cardíaco anormal, así como eventos como ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares.
¿Qué son los sustitutos de la sal?
Los sustitutos de la sal son productos que contienen menos sodio y, en cambio, mayores cantidades de potasio. Los investigadores buscaron incluir solo estudios que examinaran el uso de sustitutos de la sal, excluyendo deliberadamente los estudios de investigación que solo observaban la reducción de la ingesta de sal.
Las personas en el análisis tendían a ser mayores y tenían un mayor riesgo de problemas cardíacos, por lo que las personas con un riesgo promedio de problemas cardíacos o menos podrían no experimentar necesariamente los beneficios protectores de la sustitución de la sal.
En general, los investigadores caracterizaron sus hallazgos como basados en "evidencias de baja certeza". Pero anotaron que sus hallazgos se alinean con otras investigaciones, como los vínculos entre la reducción del sodio, la reducción de la presión arterial y la reducción del riesgo de muerte.
Advirtieron que algunas personas podrían ser sensibles a esa sustitución, sobre todo las personas con problemas renales.
Otro desafío, escribieron los autores, es que los sustitutos de la sal no están ampliamente disponibles y pueden ser más caros que los productos de sal de mesa. Sugirieron que las iniciativas de salud pública para compensar el costo podrían valer la pena, dado que muchas de las personas con mayor riesgo de problemas cardiacos tienden a vivir en hogares de bajos ingresos.
"La mejora de los resultados cardiovasculares y las reducciones en la mortalidad mostradas en la revisión actual podrían tener importantes implicaciones clínicas y de salud pública, dada la importancia y la carga de la enfermedad cardiovascular en la salud global", escribieron los investigadores.
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