AVENA

¿Cómo se debe comer la avena para mejorar la digestión?

Lidiar con problemas como el estreñimiento o la inflamación constantes afectan mucho la calidad de vida y si quieres mejorar tu digestión la avena puede ayudarte

La avena puede ser un aliado contra el estreñimiento si sabes prepararla.
La avena puede ser un aliado contra el estreñimiento si sabes prepararla. Créditos: Canva
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La avena es un alimento versátil, económico y con muchos beneficios a la salud, especialmente a nivel digestivo, pero ¿Cómo se debe preparar la avena para mejorar la digestión? Te lo decimos. 

De acuerdo con MedlinePlus, el sistema digestivo es una serie de órganos huevos unidos en un tubo largo y retorcido que comienza en la boca y se extiende hasta el ano, incluyendo el esófago, el intestino delgado y el grueso. 

Existen muchos tipos de trastornos digestivos, entre los más comunes destacan el estreñimiento, la inflamación, la indigestión y la acidez estomacal.

En muchos casos, cambios saludables en la alimentación pueden hacer una diferencia con estos trastornos y la avena es una excelente opción para comenzar a sentirse mejor. Así debes prepararla y comerla para ver los resultados.

¿Cómo comer avena para mejorar la digestión?

La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural menciona que la avena es uno de los alimentos más completos debido a que contiene nutrientes, vitaminas y minerales que le permiten otorgar maravillosos beneficios a la salud de quien lo consume. 

En general, se ha visto que el consumo regular de avena puede incrementar la energía, ayudar a regular el metabolismo, reducir los niveles de colesterol malo o LDL y mejorar el aspecto de la piel y el cabello. 

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Además, es un excelente medicamento para personas con diabetes debido a que contiene buenos niveles de zinc y carbohidratos complejos que estabilizan la glucosa en sangre y el buen funcionamiento de la insulina. 

Sin embargo, uno de los principales beneficios de la avena es contrarrestar molestias digestivas, principalmente la inflamación y el estreñimiento, esto gracias a su alto contenido de fibra.

Se estima que 100 gramos de avena aportan hasta 10,6 gramos de fibra tanto soluble como insoluble, lo que convierte a este alimento en un buen remedio para la buena digestión. Así debes tomarlo: 

  • Elige una avena natural, sin azúcares añadidos ni saborizantes o conservantes para aprovechar mejor los beneficios.
  • Deja en remojo la avena toda la noche.
  • Para preparar la avena, calienta a fuego bajo un litro de agua, leche o bebida vegetal que prefieras. 
  • Una vez que esté hirviendo, agrega la avena que dejaste remojando el día anterior.
  • Baja el fuego, agrega una pizca de sal y mueve constantemente para una cocción uniforme.
  • Deja cocinar la avena por unos 20 a 30 minutos sin dejar de mover la mezcla para evitar que se pegue o se formen grupos.
  • Deja enfriar la avena y disfruta junto con un poco de fruta fresca y canela en polvo o un poco de cocoa.

Puedes preparar avena suficiente para toda la semana y guardarla en recipientes herméticos para solo calentar y añadir un poco más de leche cuando lo consumas. 

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La recomendación es consumir la avena por la mañana, ya que así además de concentrar muchos nutrimentos y elementos protectores, obtenemos más saciedad durante varias horas y evitamos los antojos de media mañana.

¿Por qué la avena ayuda a mejorar la digestión?

Cabe recordar que la fibra soluble es aquella que al estar en contacto con el agua y los jugos gástricos se transforma en una especie de gel que luego se fermenta con las bacterias intestinales y que aumenta la cantidad de agua en las heces, ayudando a que pasen más fácil por los intestinos. Como consecuencia, se reduce el estreñimiento.

Por su parte, la fibra no soluble es aquella que no absorbe líquidos pero que contribuye a incrementar el volumen de las heces, facilitando su eliminación y evitando inflamación abdominal.

Este tipo de fibra también da saciedad y juega un papel en la prevención de enfermedades crónicas como la obesidad, el cáncer de colon y los problemas cardiovasculares.

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Complementado con otras fuentes de fibra como manzana, plátano, higos, duraznos, chía o yogurt griego, comer avena es uno de los mejores remedios contra el estreñimiento y la inflamación.

Si las molestias digestivas persisten o se presentan otros síntomas como sangrado en las heces, náuseas o vómitos, dolor en el abdomen, problemas para comer y aumento o pérdida excesiva de peso, lo mejor es acudir al médico porque podría alertar un problema intestinal más grave.

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