Comer sano, balanceado y realizar ejercicio es la clave para retrasar el envejecimiento. Así lo demuestra un estudio publicado en Aging y Aging-US, dirigido por la investigadora Kara N.Fitzgerald, del Instituto de Medicina Funcional de la Virginia Commonwealth University (Estados Unidos),con la colaboración de la Asociación Americana de Nutrición.
El estudio se realizó con la participación de seis mujeres que completaron una dieta y un programa de estilo de vida diseñado para impactar en el envejecimiento biológico.
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"Una dieta que apoye la metilación y una intervención en el estilo de vida pueden influir favorablemente en la edad biológica en ambos sexos durante la mediana edad y la vejez", se menciona en el estudio.
¿Cómo se realizó el estudio?
La investigación consistió en un programa de ocho semanas. Este incluía orientación sobre dieta, sueño, ejercicio, relajación, suplementos de probióticos y fitonutrientes y asesoramiento nutricional.
La dieta consistía en ingerir semanalmente la cantidad equivalente a dos tazas de verduras de hoja verde (col rizada, acelgas, berzas y espinacas), pero excluyendo las típicas de ensaladas, como la romana, la iceberg o la mezcla de primavera. Además, dos de verduras crucíferas (brócoli, col, coliflor, coles de Bruselas, rúcula, col rizada, hojas de mostaza, berros, colinabo, colinabo, rábano, acelga o nabo).
También, se tenía que consumir tres tazas de verduras de color intenso, un cuarto de taza de semillas de calabaza, un cuarto de semillas de girasol, una porción de huevo (5 a 10 por semana) y probióticos (2 cápsulas). Los aceites "saludables", como el de oliva, fueron parte de la dieta.
Ejercicio, otra clave
El plan del estudio también contemplaba realizar ejercicio durante al menos 30 minutos al día durante cinco días a la semana, practicar ejercicios de respiración, dormir al menos 7 horas al día y ayunar de 7 de la tarde a 7 de la mañana. En consumo de agua consistia tenía que ser al menos 8 vasos de agua al día.
Resultados
"Esta serie de casos de mujeres participantes amplía el estudio piloto previo de esta intervención en hombres, indicando que los cambios favorables de la edad biológica pueden ser alcanzables en ambos sexos. Además, la investigación de individuos por lo demás sanos, en lugar de aquellos con enfermedad diagnosticada, sugiere una influencia directa sobre los mecanismos subyacentes del envejecimiento en lugar del envejecimiento impulsado por la enfermedad", señalan los investigadores.
De las seis participantes, cinco mostraron una reducción de la edad biológica de entre 1,22 y 11,01 años con respecto a su edad biológica basal.