El Alzheimer es un trastorno cerebral que impacta la vida de las personas, desde la realización de tareas sencillas, como las capacidades de pensamiento y toma de decisiones. Conforme el trastorno avanza, las personas van siendo dependientes a cuidados por terceras personas, como familiares o especialistas de salud. Diversos estudios han apuntado que cuidadores de pacientes con Alzhéimer tienen más probabilidades de vivir con depresión.
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“A menudo, el impacto que supone la comunicación del diagnóstico en la unidad familiar requiere de un proceso de ajuste progresivo y constante. En esta evolución, es habitual la aparición de emociones, como miedo, estrés, enfado o ansiedad en el entorno más cercano”, menciona la Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias (CEAFA), reporta 65ymás.
De acuerdo con datos de Servicios de Atención Psiquiátrica (SAP) retomados por la Secretaría de Salud, en México 3.6 millones de personas adultas padecen depresión, de ellas, el 1% son casos severos. La pandemia por covid-19 dejó graves repercusiones en la salud mental y aumentó los problemas psicosociales.
¿Qué riesgos corren los cuidadores que atienden a un paciente con Alzheimer?
Según la Organización Panamericana de la Salud, la depresión es una enfermedad común, pero grave que interfiere en la vida diaria con la capacidad para dormir, trabajar, comer y disfruta de la vida. La depresión es causada por la combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos. Algunos tipos de depresión tienden a darse en familiar, pero la depresión puede ocurrir sin antecedentes familiares.
Alzheimer’s Associaton explica que cuidar es difícil, pues provoca sentimientos de estrés, culpa, ira, tristeza, aislamiento y depresión. Esto provoca que diversos cuidadores vivan con depresión después de que algún familiar haya sido diagnosticado con Alzheimer. Otros cuidadores pueden desarrollar la depresión conforme la enfermedad avanza y disminuyen las capacidades cognitivas de la persona.
El portal añade que entre los síntomas de la depresión en cuidadores está el agitarse o frustrarse fácilmente, vivir con sentimientos de falta de autoestima o culpa, sentimientos de desesperanza, sueño perturbado, falta o pérdida de energía, pérdida de interés en actividades habituales, entre otros. Cuando la depresión no es tratada, puede aumentar el riesgo de vivir con problemas emocionales y físicos. Esto afectaría la atención brindada a la persona con Alzheimer.
Fundación Pasqual Maragall destaca que cuidar y atender las necesidades un familiar que padece Alzheimer supone enfrentarse a una serie de diversos sentimientos. Es necesario realizar cambios a planes de vida tanto a corto como a largo plazo, enfrentándose al impacto emocional del diagnóstico y la gestión de emociones. Cuando el estado de agotamiento sobrepasa a la persona cuidadora, también puede vivirse con síndrome de persona cuidadora quemada.
Debido a esto, Cinfa recuerda que cada 5 de noviembre es celebrado el Día Mundial de las Personas Cuidadores con el objetivo de concienciar sobre esta figura y prevenir la sobrecarga de salud. Para cuidar a un cuidador, pueden realizarse las siguientes actividades:
- Informarse sobre la enfermedad del ser querido y los recursos disponibles
- Organizarse y establecer un plan de cuidados donde se fijen objetivos realistas y se aprenda a decir ‘no’
- Realizar equipo con otros miembros para pedir su colaboración en los cuidados
- Evitar descuidarse. Descansar, alimentarse saludablemente y realizar actividad física
- Fomentar la autonomía de la persona dependiente y también acudir a las revisiones médicas individuales
- Unirse a un grupo de cuidadores con la misma enfermedad del ser querido para compartir experiencias
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