HERIDA DEL ABANDONO

¿Cómo se cura la herida del abandono? 5 consejos para curarla

Así afecta la herida del abandono en tu vida. Sigue estos consejos para manejar este duelo

La herida del abandono es posible de curarse. Conoce estos consejos.
La herida del abandono es posible de curarse. Conoce estos consejos. Créditos: Canva
Escrito en MENTE SANA el

Durante la infancia aprendemos a descubrir el mundo, a explorar a sus secretos y a lanzarnos a las primeras aventuras. Bajo el cuidado de familiares y cuidadores, disfrutamos los primeros años entre la libertad y las risas. En una de las épocas que la mayoría de personas recuerda con cariño y magia, también existen momentos que marcan las primeras heridas, como es el caso de la herida del abandono.

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El fallecimiento de un familiar, el abandono del padre o la falta de atención por parte de los cuidadores son algunos factores que pueden incidir en la herida del abandono. Conforme la persona crece, al ir formando diversas relaciones, esta herida del abandono puede presentarse. Si la persona no conoce las implicaciones que tiene en su vida, puede afectar su vida personal.

¿Qué identifica la herida del abandono? ¿Cómo afecta a la vida diaria? ¿Es posible curar la herida del abandono? En esta nota te compartiremos mayor información sobre este suceso, a la par, te ofreceremos algunos consejos que te ayudarán a gestionar la herida del abandono. Aunque no controlamos los hechos que vivimos, podemos actuar sobre cómo impacta en nuestras vidas.

¿Cómo saber si tengo la herida del abandono?

De acuerdo con Terapify, la herida del abandono se refiere a los efectos que deja el vivir un abandono a edad temprana. Este abandono puede ser físico o emocional, dándose por parte de los cuidadores principales. El abandono físico se refiere a las situaciones donde cuidadores no estuvieron presentes, mientras el abandono emocional es producido cuando las personas no están presentes, a pesar de estar físicamente.

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El portal añade que las experiencias de abandono pueden llevarnos a sentir inseguridad en las relaciones. La herida del abandono provoca en la persona estar más alerta y vigilante con el fin de evitar que la situación no vuelva a presentarse. Esto lleva a las personas a sentir una necesidad de aceptación por las demás personas, teniendo preocupación por cómo es percibida. A la par, buscan ser personas cuidadoras en momentos difíciles de la vida de otras personas.

Psicólogos Madrid detalla que sufrir abandono en la infancia puede convertir a la persona en un ser desconfiado o vulnerable, pasando por épocas de apatía donde le resulta complicado gestionar emociones, como la rabia o la tristeza. En una etapa adulta, la persona puede sabotearse a sí misma, pensando que no merece ser feliz, amado o no tiene aptitudes que le permitan luchar por sus sueños.

El Centro Manuel Escudero subraya que la herida del abandono es una experiencia subjetiva y puede afectar la vida emocional de manera diferente, de acuerdo a la historia de vida y sus mecanismos de afrontamiento. Algunas personas pueden superar el daño emocional con el tiempo y el apoyo adecuado, mientras que para otras personas puede ser más difícil sanar y requerir ayuda profesional.

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Porque Quiero Estar Bien añade que en la etapa adulta las cosas pueden cambiar, pues las personas comprenden que los hechos que vivieron no fueron su culpa y en ese sentido, pueden tomar decisiones, como hablarlo con los papás, tomar distancia o alejarse por completo. Lamentees maravillosa deja algunos consejos para sanar la herida del abandono:

  • Tomar conciencia y aceptar la herida: reconocer la herida como parte de la historia. No pensar que la herida del abandono determinará el futuro, sino comprender que tenemos el poder de influir en cómo impactará en la vida
  • Fortalecer la autoconfianza: desarrollar y potenciar la autoconfianza. Comprendiendo que la valía de la persona no depende de lo que piensen las otras personas de ti, sino de tu propia percepción
  • Cultivar la independencia: ser capaz de tomar decisiones sin depender de las demás personas en su totalidad. Encontrar el equilibrio entre ser suficiente y saber pedir ayuda cuando la necesitas
  • Perder el miedo a decir que no: establecer límites en las relaciones
  • Revalorizar la soledad: disfrutar la propia compañía y evitar aferrarse a personas o situaciones. No es necesario aislarse, sino dejar de ver a la soledad como un monstruo

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