PENSAMIENTOS

La forma en la que piensas podría ocasionar problemas en tu espalda

Además de factores como la postura o cargar objetos pesados, parece que nuestra mente también tiene influencia en los malestares de espalda

Según los investigadores, este hallazgo puede ser un factor de riesgo para el dolor de cuello y de espalda.
Según los investigadores, este hallazgo puede ser un factor de riesgo para el dolor de cuello y de espalda.
Escrito en MENTE SANA el

Es bien sabido que lo que pasa en nuestra mente, también puede afectar al resto de nuestro cuerpo, principalmente si estos pensamientos son negativos o poco gratos, pero ¿sabías que la forma en la que piensas podría ocasionar problemas en tu espalda?

Esto lo acaban de descubrir un grupo de investigadores estadounidenses, quienes han observado que tener un conflicto de pensamientos, o una angustia mental, podría influir en la presión que recibe la columna (en el cuello y la zona lumbar), especialmente al levantar o bajar objetos.

Según los autores, estos hallazgos sugieren que, aunque se esté en una buena forma física, si la forma en la que pensamos, específicamente si tenemos problemas o crisis mentales, la columna vertebral no puede funcionar adecuadamente.

Foto: Canva.

Nuestros pensamientos pueden influir en nuestra espalda

Un estudio de la Universidad Estatal de Ohio, publicado en la revista Ergonomics, encontró que cuando las personas no “piensan correctamente”, o cuando se descubre información que va en contra de lo que creíamos, podríamos experimentar mayor presión sobre el cuello y la zona lumbar.

Se contó con la participación de 17 personas, en un rango de edad de entre 19 y 44 años de edad, a las que se les solicitó completar tres fases de un experimento en el que debían cargar una caja de peso ligero. Durante las pruebas, los investigadores fueron dando diferentes tipos de respuestas, para ver cómo cambiaba su comportamiento y la tensión de su espalda:

  • En el primer bloque de experimento, los investigadores ofrecieron una respuesta prácticamente positiva.
  • Para el segundo bloque, los comentarios de los investigadores a los participantes sugerían que estos últimos actuaban de forma insatisfactoria.

Tras la experimentación, a los participantes no solo se les realizó una evaluación de la presión y carga espinal, sino que también se evaluaron factores como la presión arterial, la frecuencia cardíaca y, además, sus niveles de incomodidad y del afecto(positivo o positivo), considerando si se sentían fuertes e inspirados, o angustiados y avergonzados.

Foto: Canva.

Los pensamientos negativos darían más carga

Tras hacer una evaluación de la columna vertebral, la compresión de las vértebras, y el cizallamiento (fricción o desliz entre una vértebra y otra) en diferentes zonas de la espalda, se encontró que a mayor retroalimentación negativa, más presión había en la espalda.

De hecho, los encargados de la investigación encontraron que cuando la retroalimentación era negativa, cuando las personas cargaban la caja, incluso si era de peso relativamente ligero, al compararlas con las fases iniciales de la experimentación, se encontraban:

  • 11% más altos en la compresión de las vértebras del cuello, 9,4% más cizallamiento (de adelante a atrás), y 19,3% más cizallamiento de lado a lado.
  • En la espalda baja, en la zona lumbar, la compresión aumentó un 1,7% y el cizallamiento un 2,2%.

De esta manera, los encargados de la investigación sugieren que estos hallazgos indican que la disonancia cognitiva, o los conflictos de pensamiento, podrían ser un factor de riesgo que no se había identificado para el desarrollo del dolor de cuello y de espalda baja.

Foto: Canva.

La causa está en la disonancia cognitiva

Según reportaron los investigadores, parece ser que la disonancia cognitiva podría ser la responsable de estos cambios en la presión que se ejerce en la parte posterior del cuello, y por lo tanto, podría ser la responsable de futuras dolencias y malestares en la espalda.

La disonancia cognitiva se trata de un conflicto mental que tiene lugar en las personas cuando un comportamiento y una creencia (o varias) no concuerdan entre sí; o cuando una persona tiene dos creencias que llegan a contradecirse entre sí. Es decir, ocurre cuando un comportamiento entra en conflicto con sus ideas, generando una desarmonía o tensión interna.

De hecho, los encargados de la investigación encontraron que, cuanto más alta era la puntuación de los participantes en la disonancia cognitiva, el grado de presión que se ejercía en la columna vertebral (en el cuello y la espalda baja) aumentaba también.

(Con información de: Ergonomics.)