SALUD MENTAL

Así es como quejarte podría dañar a tu cerebro

Hacerlo de forma ocasional puede ser una reacción automática y útil para liberar tensiones acumuladas, pero la realidad es que hacerlo muy seguido podría tener efectos negativos

Escrito en MENTE SANA el

Quejarse se trata de una reacción casi automática y normal ante eventos negativos a los que nos enfrentamos, sin embargo, expertos aseguran que quejarte, principalmente si lo haces muy frecuentemente, casi como una rutina, podría dañar a tu cerebro y tus comportamientos.

Según define la Real Academia de la Lengua Española, quejarse significa, básicamente manifestar algún tipo de disconformidad o disgusto ante un evento, un algo, o incluso un alguien, y en algunos casos podría tratarse de una especie de catarsis para liberar tensiones, preocupaciones o estrés.

El problema está, dicen especialistas, cuando estas quejas son demasiado frecuentes, al punto en que llegamos a hacerlo prácticamente todos los días, a todas horas, pues nos lleva a tomar una postura automática de queja ante las adversidades que pueden acontecer, por más pequeñas que estas sean.

Los expertos afirman que el problema de que el acto de quejarse sea frecuente y se vuelva una costumbre, puede repercutir a nivel químico de nuestro cerebro, y también podría hacer que nuestras habilidades sociales, o de resolución de problemas, se vayan perdiendo.

Foto: Canva.

Quejarse muy seguido alteraría el cerebro

Quejarse de forma frecuente, incluso por cosas que puedan parecer poco significativas o sin tanta importancia, podría crear alteraciones químicas en nuestro cerebro, porque al hacerlo se liberan neurotransmisores específicos, que podrían condicionar nuestra “adicción” a quejarnos.

Cuando una persona comienza a quejarse, además de liberar sustancias químicas cerebrales similares a las del estrés y la ansiedad (cortisol y adrenalina), también empieza a fabricar dopamina, lo que puede dar una sensación de placer inmenso, y una falsa sensación de felicidad o bienestar, asegura el doctor en biología molecular Estanislao Bachrach. 

Esto, en parte, podría explicar cómo es que a largo plazo, quejarse puede cambiar la estructura química del cerebro, creando vías neuronales que refuerzan las formas negativas en que pensamos; así, quejarse podría convertirse en un pensamiento automático y reiterativo, explica la terapeuta y psicóloga Amanda Levinson.

Foto: Canva.

Estos son los efectos de quejarse muy seguido

Además de que quejarse de forma frecuente puede hacer ver a cualquiera como un cascarrabias, la realidad es que los expertos han detectado que una vez que este comportamiento se vuelve repetitivo y prácticamente automático, puede tener efectos negativos muy notables.

Alejandro Andersson, médico neurólogo, del Instituto de Neurología de Buenos Aires, explicó que quejarse, lamentarse y enfadarse todo el tiempo, podría afectar el cerebro, pero también la salud mental general, debido a 6 factores:

  • Puede hacer que una persona sea más negativa, y que deje de tener en cuenta los aspectos positivos de la vida o de las cosas, principalmente por cambios en los circuitos neuronales en el cerebro. 
  • Afecta nuestro cerebro y nos altera cerebralmente. Esto ocurre porque, al quejarnos y lamentarnos, podríamos liberar cortisol, la hormona del estrés, que puede afectar nuestro estado de ánimo, nuestra capacidad cognitiva, y hasta la salud general. 
  • Daña nuestras capacidades sociales, ya sea para mantener vínculos ya existentes, o para formar nuevas y conectarnos con los demás, pues comenzamos a generar rechazo en los que nos rodean.
  • Nuestros circuitos neurológicos de recompensa ante estímulos gratificantes van perdiendo su capacidad, ya que las quejas constantes hacen que dejemos de prestar atención a los aspectos de la vida, agotando recursos emocionales, lo que llevaría a afectar la capacidad para experimentar placer y recompensa.
  • La capacidad de resolver problemas que nos acontecen se va perdiendo, pues nuestro cerebro queda incapacitado o bloqueado para resolver efectivamente problemas. 
  • No logramos pensar con claridad, y nuestra capacidad de atención, concentración e inteligencia ejecutiva disminuyen.

"En lugar de cambiar nuestra química cerebral a mejor, los enfados crónicos crean vías neuronales que refuerzan esas formas negativas de pensar: tu pareja no te aprecia, tu jefe te explota y nada sale bien. Con el tiempo, cada vez se vuelve más difícil internalizar algo positivo", explica Lauren Vinopal, redactora de “Mel Magazine”.

Foto: Canva.

¿Qué hacer para dejar de quejarte?

El quejarse o enfadarse por algo, en realidad, no se trata de algo netamente malo o negativo, ya que a veces resulta algo inevitable, e incluso puede ser de utilidad para que podamos liberar tensiones o preocupaciones que nos nacen ante eventos difíciles de procesar.

Sin embargo, el problema está cuando el quejarse se vuelve frecuente y muy común, pero ¿cómo podemos hacer para evitarlo o, en todo caso, dejar de quejarnos constantemente? Según expertos, existen al menos 9 consejos para dejar de hacerlo:

  • Sé consciente de que debes cambiar tus patrones de respuesta y comportamiento ante eventos o situaciones que no encuentres siempre positivas. Si no estás consciente, o si no aceptas que lo mejor es cambiar tus patrones de pensamiento negativo, no podrás salir de esa situación.
  • Formula de forma consciente lo que te molesta. Escribe tus pensamientos negativos, e intenta analizarlos desde una perspectiva objetiva y constructiva.
  • Busca ser práctico. Más que quejarte ante algo que no te resulte agradable, analízalo y cuestiónate si hay algo que puedes hacer para modificarlo y evitar que siga causando molestia.
  • No te centres en lo que encuentres negativo. Es decir, identifica lo que te causa molestia, y no te centres en eso. Busca cosas positivas de las situaciones o de lo que sí tienes, y evita lo que te genera malestar.
  • Haz actividad física, pues puede darte un estado de ánimo positivo, que ayuda a dejar pensamientos negativos de lado. 
  • Evita cosas que “alimenten la queja”. Reduce las noticias negativas o malas que consumes a diario, ya que pueden “justificar” la visión que se tiene sobre las cosas.
  • Lleva un registro y analiza tus comportamientos y emociones, intenta ver si existe un patrón, y si este empeora o mejora, y si hay algo que puedes hacer para contrarrestarlo.
  • Busca ayuda en tus seres queridos.
  • Acude con un especialista, Si crees que tus quejas son muy frecuentes y no hay forma en que puedas deshacerte de ellas con facilidad, busca ayuda de un especialista en salud mental.

(Con información de: La Mente es Maravillosa, Infobae, El Confidencial.)