Dormir y levantarte a la misma hora puede traer diferentes beneficios para la salud, pero no hacerlo puede aumentar el riesgo de padecer ciertas enfermedades, ¿una de ellas es la diabetes? A continuación, te lo decimos.
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Descansar de forma correcta juega un papel importante en la vida de las personas y los expertos recomiendan que los adultos deben dormir más de 7 horas diarias al día.
Tener patrones de sueño irregulares aumenta la probabilidad de padecer diabetes
La diabetes es una enfermedad crónica que puede ocasionar daños irreversibles en la vista, el riñón o la piel y las personas que tienen patrones de sueño irregulares tienen más probabilidades de padecerla.
Un grupo de investigadores encontró que las personas con la mayor variabilidad en la cantidad de sueño cada noche tenían un 59% más de probabilidades de desarrollar diabetes durante un seguimiento de 7,5 años que aquellos cuyo patrón de sueño era el más consistente.
Entre mayor es el sueño irregular, más probabilidad de padecer diabetes
Para investigar el vínculo entre el sueño irregular y el riesgo de diabetes, los investigadores utilizaron datos del Biobanco del Reino Unido y obtuvieron permiso para utilizar los datos de 84 mil 421 participantes para este estudio.
Los datos del sueño estaban disponibles ya que se había invitado a los participantes a usar un acelerómetro, un dispositivo que captura los niveles de actividad, muy parecido a un reloj deportivo, durante siete días, en algún momento entre 2013 y 2015.
Los participantes tenían una edad media de 62 años y los investigadores también utilizaron datos genéticos de los individuos conservados por el Biobanco para calcular puntuaciones de riesgo poligénico de diabetes, utilizando variantes de riesgo genético conocidas para la afección.
Los investigadores descubrieron que los participantes con una duración del sueño desviada de entre 31 y 45 minutos de su promedio tenían un 15% más de riesgo de diabetes en comparación con aquellos cuya duración del sueño se desviaba en 30 minutos o menos.
Aquellos con la mayor variabilidad, con una desviación de la duración del sueño de 91 minutos o más, tenían un riesgo 59% mayor, después de ajustar por edad, sexo y raza.
Los investigadores también analizaron las diferencias en la duración del sueño de más y menos de 60 minutos y encontraron un aumento del riesgo del 34% para aquellos que tenían una diferencia de más de 60 minutos, pero esto disminuyó al 11% cuando los datos se ajustaron por estilo de vida, comorbilidades, factores ambientales, y adiposidad.
Los autores explicaron que los resultados pueden deberse a patrones de sueño irregulares que alteran los ritmos circadianos. Sugirieron que este ciclo circadiano inestable podría interferir con el metabolismo de la glucosa y provocar una reducción de la sensibilidad a la insulina.
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