Por todos es bien conocido los beneficios de tomar agua a lo largo del día y un hábito muy común es tener un vaso de agua a lado de la cama por si nos llega a dar sed durante la noche, sin embargo, deberías de eliminar esta práctica y a continuación, te decimos el por qué.
Una de las prácticas más comunes antes de dormir es colocar un vaso de agua a lado de nuestra cama, pero seguramente habrás notado que el agua ya no sabe igual al tomarle en la madrugada o al día siguiente.
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La razón por la que NO debes dormir con un vaso de agua a lado de tu cama
Aunque los médicos recomiendan hidratarse, la recomendación es hacerlo a través de un recipiente cerrado ya que, al colocar un vaso de agua a lado de tu cama, tú mismo podrías estar colocando una verdadera alberca de microbios que después terminarán en tu estómago.
El polvo y los ácaros que flotan en el aire se depositan en tu vaso y alteran la calidad del agua. En pocas horas, mientras duermes, este líquido se convierte en un caldo de cultivo y quizá lo habrás notado cuando bebes esta agua con sabor rancio.
¿Qué hacer para evitar estos riesgos?
Con esta nota no queremos lograr que dejes de tomar agua, solamente te informamos de los riesgos que tiene el beberla de un vaso que se encuentra a lado de tu cama por lo que la mejor solución es tapar el vaso con un tapón hermético especialmente diseñado.
Otras alternativas también es poner el agua en una botella o jarra cerrada. Al menos así no corres el riesgo de quedarte sin agua mientras duermes. Por su parte, los profesionales de la salud recomiendan que las personas se hidraten en el día.
¿Tomar agua sí o no durante la noche?
El agua es fundamental para la vida y sus beneficios son indiscutibles: regula la temperatura corporal, lubrica las articulaciones y transporta nutrientes. Sin embargo, el momento de su consumo puede marcar una diferencia significativa en cómo afecta a nuestro descanso y función orgánica. La duda sobre si es aconsejable beberla justo antes de dormir o durante la noche surge de la experiencia de quienes se despiertan con interrupciones molestas para ir al baño.
El efecto más inmediato y común de beber agua antes de acostarse es la necesidad de levantarse al baño durante la noche. Esto ocurre porque los riñones procesan los líquidos ingeridos, llenando la vejiga y enviando señales al cerebro de que es necesario vaciarla.
Para personas con sueño ligero o mayores, cuya producción de orina nocturna es naturalmente mayor, esto puede fragmentar el descanso a un sueño menos reparador y a somnolencia diurna. Sin embargo, para quienes se despiertan con mucha sed o bochorno, un sorbo de agua puede ser reconfortante y ayudarles a conciliar el sueño de nuevo más fácilmente.
Recomendaciones para una hidratación nocturna saludable
La clave no es evitar el agua, sino gestionar inteligentemente su consumo. Los expertos recomiendan centrar la mayor parte de la hidratación durante el día, bebiendo pequeños sorbos de manera constante. Una o dos horas antes de dormir, se puede reducir la cantidad ingerida para minimizar las idas al baño. Si se siente sed, lo ideal es beber un pequeño vaso (unos 150-200 ml) y hacerlo tranquilo, sin prisas. Evitar las bebidas con cafeína o altas en azúcar durante la noche es crucial, ya que estas sí son diuréticas e irritantes de la vejiga.
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