La colitis o colon inflamado es una inflamación del colon o intestino grueso. Esta condición puede ser causada por diversas razones y es importante que sepas identificar esta condición.
La colitis es un padecimiento que afecta a millones de personas en el mundo y que puede derivar en problemas digestivos crónicos si no se atiende a tiempo. Este trastorno puede ser causado por estrés, infecciones bacterianas, una dieta alta en grasas y procesados, o incluso por intolerancias alimentarias no diagnosticadas.
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Las señales que indican que tienes colitis
Identificar los síntomas tempranamente de la colitis es clave para buscar tratamiento médico y ajustar los hábitos alimenticios antes de que el cuadro se agrave. A continuación, te presentamos cinco señales de alerta que podrían indicar que tu colon está inflamado y necesita atención:
- Dolor abdominal recurrente y cólicos intensos
Uno de los síntomas más comunes de la inflamación del colon es un dolor persistente en la parte baja del abdomen, que puede ir desde una molestia sorda hasta cólicos agudos que aparecen y desaparecen. Este dolor suele empeorar después de comer, especialmente si se consumieron alimentos irritantes como picantes, lácteos o harinas refinadas. En algunos casos, el malestar se alivia temporalmente al evacuar, pero regresa al poco tiempo. Si estos episodios se repiten con frecuencia, es importante consultar a un gastroenterólogo para descartar síndrome de intestino irritable o enfermedades inflamatorias intestinales.
- Cambios notorios en los hábitos intestinales
Tener episodios alternados de diarrea y estreñimiento sin causa aparente es otra señal clásica de que el colon no está funcionando correctamente. La inflamación puede acelerar o ralentizar el tránsito intestinal, provocando desde evacuaciones líquidas y urgentes hasta días sin poder defecar con normalidad.
Estos cambios suelen venir acompañados de una sensación de evacuación incompleta, incluso después de ir al baño. Llevar un registro de estos patrones puede ayudar al médico a determinar si se trata de un problema pasajero o crónico.
- Gases excesivos e hinchazón abdominal
Aunque los gases son normales, cuando se producen en exceso y van acompañados de una hinchazón incómoda y visible después de comer, podrían ser señal de inflamación en el colon. Esto ocurre porque la mucosa irritada dificulta la correcta digestión de los alimentos, generando fermentación y acumulación de gases. Alimentos como frijoles, brócoli o bebidas carbonatadas pueden empeorar el problema. Si la distensión abdominal es frecuente y dolorosa, vale la pena revisar la dieta y considerar una evaluación médica.
- Sangrado o mucosidad en las heces
La presencia de sangre roja brillante o mucosidad gelatinosa en las heces nunca debe ignorarse, ya que puede indicar desde hemorroides hasta inflamación severa del colon o úlceras. La colitis, por ejemplo, suele provocar pequeñas erosiones en la pared intestinal que generan estos síntomas. En casos más graves, la sangre puede ser oscura (melena), lo que sugiere sangrado en zonas altas del tracto digestivo. Ante cualquiera de estas señales, es crucial acudir a un especialista para realizar estudios como una colonoscopia.
- Cansancio crónico y pérdida de peso involuntario
Cuando el colon está inflamado por mucho tiempo, el cuerpo puede tener dificultades para absorber nutrientes esenciales, lo que deriva en fatiga persistente, debilidad muscular e incluso anemia. Además, algunos pacientes pierden peso sin hacer dieta debido a la mala absorción de alimentos o al miedo a comer por el dolor que les genera. Estos síntomas, combinados con alguno de los anteriores, requieren atención urgente para descartar enfermedades como Crohn o colitis ulcerosa.
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