De vez en cuando los hoyuelos de Vanessa lucen en su rostro. Aunque las palabras escritas son sus aliadas, bajo las expresiones de sus ojos también relata historias. Historias. Ese es un interés que ha mantenido desde su infancia. La poesía y la literatura llamaron su atención a los 10 años. Ella pensó que iba a estudiar letras, sin embargo, el disfrute de escribir y descubrir la calle la llevaron al periodismo. Una profesión que ejerce desde hace 2 años ahora a sus 24 años y en la que crece junto al yoga.
“Fui una niña de andar en la calle sola. Poco a poco me di cuenta que conocía la calle, sabía moverme en ella. En este caminar entendí que existían muchos problemas que eran necesarios contar”.
Tras su formación en la Licenciatura de Comunicación de la Universidad Autónoma del Estado México, Vanessa comenzó a desarrollar un gusto por visibilizar desde el periodismo y las redes sociales a grupos vulnerados, bajo un sentido de justicia social. Feminicidios, personas desaparecidas, derechos humanos fueron las primeras coberturas de Vanessa, pero la falta de acompañamiento y el exceso de trabajo la llevaron a un agotamiento emocional y mental. Sin embargo, el yoga le permitió regresar a una estabilidad en su cuerpo, mente y espíritu.
“A través del yoga he encontrado formas de canalizar mis emociones. Aparte de los beneficios físicos, como el aumento de flexibilidad o la tonificación de los músculos, el yoga me ha enseñado que mi cuerpo tiene una voz que debo escuchar y si mi cuerpo me dice ‘basta’ hasta ahí puedo llegar”.
¿Cómo afecta la comunicación a la salud mental?
Entre sorbos a su taza, Vanessa Baez recuerda la razón que detonó adentrarse al yoga. Hace meses tenía dos trabajos simultáneos. Uno era como reportera de lunes a sábado, principalmente estando en la calle, y otro era siendo redactora de sábados a domingos desde siete de la mañana hasta once de la noche. Sin días de descanso, comenzó un agotamiento físico y mental. A ello, se añadieron los temas en las coberturas.
“La disposición de cubrir con empatía te lleva a un agotamiento emocional y mental. Esta responsabilidad que conllevas como periodista al cubrir los hechos desde la mirada más inclusiva, empática y rigurosa puede resultar agotadora".
En este tiempo Vanessa estaba cubriendo dos temas de feminicidio y uno de desaparición donde tenía contacto directo con familiares. Ante la falta de un acompañamiento periodístico y emocional, empezó a sentirse cansada, presentar pesadillas y atravesar una ansiedad que reflejaba su cuerpo. Este deterioro impulsó la búsqueda de lugares donde pudiera Vanessa practicar yoga, adecuándose a sus necesidades y posibilidades, como horario y precio.
¿Qué es y para qué sirve el yoga?
De acuerdo con MedlinePlus, el yoga es una práctica que conecta cuerpo, respiración y mente. Esta práctica utiliza posturas físicas, ejercicios de respiración y meditación para mejorar la salud general. El yoga fue desarrollado hace miles de años como una práctica espiritual, pero hoy en día las personas en occidente practican yoga como ejercicio. Dentro del yoga existen diversos estilos los cuales varían desde niveles leves a intensos.
Para Monserrat Cuadros, instructora de yoga, el yoga va más allá de una práctica, pues es una disciplina milenaria con orígenes en la India. Esta disciplina trabaja nivel mental, físico y espiritual. Monserrat Cuadros detalla que la palabra yoga está referida en sánscrito, una lengua antigua, que significa unión. Por lo tanto, se habla de una unión del cuerpo con la mente, el ser esencial o espíritu.
“El yoga tiene diferentes formas de practicarse dependiendo del estilo, el linaje o la corriente que busque abordarse. Todas dependerán de las necesidades del practicante y su estilo de vida. Entre estas posibilidades está la meditación, posturas de yoga, búsqueda de espiritualidad, entre otros”, menciona Monserrat Cuadros.
Monserrat Cuadros lleva seis años como instructora de yoga, pero es practicante de la disciplina desde hace doce años. Al igual que Vanessa, Monserrat estaba en el campo del periodismo donde era corresponsal de la llamada nota roja. Durante siete años tuvo esta labor, pero un recorte de personal en el medio le llevó a formalizar su camino dentro del yoga.
“Antes de los recortes, llevaba tiempo cuestionándome si quería permanecer en el periodismo. La demanda era alta en cuanto a estrés, atención y tiempo. Cuando llegaron los despidos, fue un empujoncito. Comencé a formarme como instructora a través de diplomados, simposios y certificaciones”.
Monserrat también llegó al yoga debido al estrés, pérdida de cabello, dificultades para dormir y presentar problemas de salud, como gastritis y colitis. Al dejar ese estado de alerta que su trabajo demandaba, Monserrat encontró en el yoga otras oportunidades de crecimiento.
“Ofrecer clases de yoga te invita a seguir aprendiendo, pues debes capacitarte, leer y ser autodidacta. Por ello, he decidido continuar. Aunque me dedico exclusivamente a ser instructora, de vez en cuando escribo respecto a la disciplina que ofrezco”.
De acuerdo con datos de Statista, en México las personas que realizan yoga y pilates representan el 13% de las mujeres y el 3% de los hombres. Esto es más que Brasil (11% y 2% respectivamente), Francia (8% y 2%) y Japón (3% y 1%). Mientras en la India representa el 12% y 10% y España el 16% y 4%.
¿Cómo cambia tu cuerpo cuando realizas yoga?
Durante la pandemia por covid-19, Vanessa Baez buscó en internet videos para practicar kickboxing como una alternativa para liberar la frustración que sentía en los tiempos de aislamiento. Esos minutos permitían externar un enojo. Al iniciar en el yoga, encontró otro escenario. Ahora cuenta con diversas herramientas para canalizar sus emociones. Un beneficio que sobrepone sobre los beneficios físicos de esta disciplina.
“El yoga no sólo es una práctica física. Conecta cuerpo, emoción y espíritu. El yoga comenzó a enseñarme que cada persona tiene diferentes habilidades físicas y un proceso el cual debes aprender desde la escucha de tu cuerpo. Ahora soy consciente de los malestares que padezco y cómo debo cuidarme”.
Para Monserrat Cuadros, los beneficios del yoga son extensos. Uno de los que destaca es aprender a respirar más allá de cómo estamos acostumbrados. En este caso, es buscar respiraciones profundas que permitan crear consciencia sobre el cuerpo, el entorno mental y físico. Esto permite sobrellevar las tensiones con las cuales nos acostumbramos a cargar en el día a día.
“El estrés va a estar, pero el yoga puede reducirlo. No lo podemos eliminar, pero podemos procesarlo. En el yoga también fomentamos el sistema nervioso y reducimos los estímulos constantes. Podemos mejorar la calidad del sueño, tonificar los músculos y contribuir a la salud de las articulaciones”.
Monserrat Cuadros añade que el yoga también permite entender que somos parte de un sistema interconectado entre seres humanos y la naturaleza. Seres que habitan el mismo planeta con otros seres vivos. Al entender esta red, podemos comprender que las acciones individuales tienen un impacto grupal. La apatía en la sociedad, para Monserrat, puede explicarse como una consecuencia de la desconexión espiritual existente. Vanessa Baez se suma a este pensamiento.
El miedo, la frustración, el enojo y otros sentimientos provocados en coberturas son sentimientos que ahora Vanessa identifica como distractores en su trabajo periodístico. Al aprender en yoga a respirar, Vanessa ahora toma decisiones más conscientes que conectan con su empatía y permiten fomentar esa concentración necesaria para escribir y contar historias con ética.
“El yoga me permitió regresar al presente y realizar un mejor trabajo para quien confía en mí. Soy consciente de las posturas de mi cuerpo y los ejercicios que necesita tras una jornada larga. Reconozco que mi trabajo es importante, pero mi cuerpo también”, subraya la periodista mexiquense.
¿Qué se fortalece con el yoga?
Los problemas de salud que presentaron Vanessa y Montserrat no son casos aislados. De acuerdo con un estudio publicado en ‘Cuadernos de periodistas: revista de la Asociación de la Prensa de Madrid’, las y los periodistas tienen un alto riesgo de padecer problemas derivados del estrés. Varios están quemados por falta de motivación y viven con un alto nivel de agotamiento emocional debido a la carga de trabajo. Estas situaciones agravadas durante la pandemia llevan a que rindan menos en su trabajo, por lo cual, procurar sus salud mental debería ser una prioridad en los medios.
Por su parte la Asociación de la Prensa de Madrid a través de su ‘Informe Anual de la Profesión Periodística 2021’ detalló que en México, Honduras, Colombia, Haití y Chile son países donde la violencia impacta al trabajo periodístico. Desde su realización de coberturas hasta la impunidad que envuelve sus asesinatos. En el caso de las mujeres periodistas enfrentan más ataques que cuestionan su capacidad mental, utilizan expresiones sexistas o mencionan su apariencia física.
Para fomentar el autocuidado psicológico de periodistas, la Red Internacional de Periodistas aconseja a personas del gremio recordar que no son inmunes al impacto emocional, conocer sus señales para hacer frente a las crisis, aplanar la curva de estrés tomándose un tiempo libre y crear un plan de autocuidado mediante yoga, hacer ejercicio o meditación.
Monserrat Cuadros y Vanessa Baez aconsejan a las personas darle una oportunidad al yoga, pues esta disciplina puede ayudarles a conectar consigo mismas desde cuerpo, mente y espíritu. Esta disciplina que puede ser practicada por cualquier persona debido a su capacidad de adecuación, ofrece acompañamiento, autoconocimiento, escucha, entre otros elementos.
“Algunas personas pueden detenerse por su peso, su falta de flexibilidad o una condición física. Sin embargo, es necesario recordar que cada persona puede practicar yoga conforme a sus necesidades. El yoga no es un deporte donde hay una competencia o sólo búsqueda del mejoramiento físico, es una práctica integral que incide en el cuerpo humano”, expresa Monserrat Cuadros.
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