Los hongos en las uñas de los pies son un problema desagradable que muchas personas buscan ocultar y una de las alternativas más viables que encuentran es pintarlas, pero a continuación te diremos por qué no debes pintarlas.
Los hongos en la uña son una infección que comienza como una mancha blanca o amarilla amarronada debajo de la punta de una uña de un dedo del pie. A medida que la infección micótica se hace más profunda, la uña puede presentar decoloración, engrosamiento y deterioro en el borde. Los hongos en una uña pueden afectar a las demás.
Te podría interesar
¿Por qué no debes pintarte las uñas si tienes hongos?
Lo que sucede es que cuando te pintas la uña el barniz no deja transpirar las uñas por lo que hace que esto se convierta en un agente de infección. El esmalte no permite la entrada de aire, por esta razón no se debe usar cosmético.
El esmalte fomentará el crecimiento del hongo
Si pintas tus uñas infectadas con hongos con barniz en lugar de disminuir lo blanco y amarillo de las uñas, el esmalte fomenta el crecimiento del hongo. Por este motivo se recomienda no usar esmalte de uñas cuando se presenten onicomicosis, lo ideal es dejar la uña al natural para que esta pueda respirar y no presente problemas más severos.
Si no sufres de hongos tampoco debes dejar el esmalte mucho tiempo
Se recomienda tener mucho cuidado con los esmaltes sobre todo con aquellos que son semipermanentes ya que estos podrían llegar a provocar la pérdida de las uñas de los pies.
Cuando se deja el barniz de uñas por mucho tiempo, los hongos pueden avanzar de manera más rápida lo que provoca que la infección se distribuya y la uña se ablande, lo que hace que esta se despegue del área.
¿Cuáles son los factores de riesgo para padecer hongos en las uñas de los pies?
Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de contraer hongos en las uñas se incluyen los siguientes:
- Edad avanzada
- Usar calzado que provoque un exceso de sudoración en los pies
- Haber padecido pie de atleta en el pasado
- Tener diabetes, problemas con el flujo sanguíneo o un sistema inmunitario debilitado
- Padecer una afección en la piel que afecte a las uñas, como psoriasis
- Tener una pequeña lesión en la piel o las uñas
- Caminar descalzo en lugares públicos húmedos, como piscinas, gimnasios o vestuarios.
(Con información de: Mayo Clinic y Terra)