“No estés triste” es lo peor que puedes decirle a alguien que está triste. ¿Por qué? Porque son sentimientos naturales, y si no se gestionan de forma adecuada la calidad de vida de una persona puede verse afectada. ¿Entonces cómo superar la tristeza y el desánimo?
La tristeza es universal, puede aparecer por múltiples causas y suele acompañarnos durante períodos variables a lo largo de nuestra vida.
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Cómo afecta físicamente la tristeza
La tristeza es una de las seis emociones básicas del ser humano: ira, asco o desagrado, miedo, alegría, tristeza, y sorpresa. Surge de la pérdida, la pena y el daño. Se intensifica y perdura si, además, viene unida a una sensación de soledad, y se retroalimenta de sí misma, de ahí el desánimo que produce.
Físicamente afecta a la frecuencia cardiaca, a la presión arterial, a la actividad neuronal y al tono muscular. En el aspecto cognitivo promueve la negatividad y hace aflorar los recuerdos dolorosos. Todo esto desencadena una conducta apática e inactiva, lo que consigue que nos sintamos aún más tristes, explica el blog Interés Mutuo.
¿Cómo superar la tristeza y el desánimo?
El primer paso para superar la tristeza es aceptarla. Debemos aprovechar este sentimiento para hacer un análisis y ver qué información nos da sobre nosotros mismos y lo que nos está pasando. Para finalmente, ver de qué herramientas disponemos para gestionarla hasta que desaparezca.
De acuerdo con diversos estudios como el de “Diferencias individuales en dos procesos de regulación de las emociones: Implicaciones para el afecto, las relaciones y el bienestar”, evitar o suprimir las emociones puede intensificar el malestar a largo plazo, mientras que expresar lo que sentimos facilita el procesamiento emocional y reduce la carga mental.
Por ello es que cuando estamos tristes, se sugiere hablar con amigos o familiares, llevar un diario o buscar el apoyo de un terapeuta para procesar lo que se siente. Además de practicar la gratitud, pues contribuye a mejorar el estado de ánimo al cambiar la perspectiva y reducir los sentimientos de tristeza.
Además de que, caminar durante 30 minutos, tiene un impacto positivo en el estado de ánimo, porque el ejercicio libera endorfinas y contribuye a romper el ciclo de pensamientos negativos, al distraer la mente y aportar una sensación de logro. Por lo que establecer pequeñas metas alcanzables también ayuda a reducir el desánimo.
En resumen, una forma de superar la tristeza y el desánimo es, aceptar lo que sentimos, practicar la gratitud, hacer ejercicio o mantenernos activos físicamente, y establecer pequeñas metas alcanzables. Pero si esta persiste, lo mejor siempre será buscar apoyo con un/a especialista.
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