Históricamente la maternidad, la crianza y los cuidados, han sido atribuidos a las mujeres e identidades feminizadas, a quienes se les ha asignado el bienestar familiar y los trabajos domésticos sin remuneración económica que no solo afecta la calidad de vida, sino también la salud.
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De acuerdo con un metaanálisis de 19 estudios, que incluyó a 70,310 personas en todo el mundo, publicado en septiembre de 2022 en la revista especializada The Lancet Public Health, cuanto más trabajo doméstico realizan las mujeres, peor es su salud mental, informó The New York Times.
Otros estudios recientes han encontrado que el trabajo del hogar y de cuidados de las hijas y los hijos que realizan las madres se asocia con una mala salud, tanto física como mental.
De acuerdo con Ipas Latinoamérica y el Caribe (Ipas LAC), en la región, solo 14 países garantizan el mínimo de semanas remuneradas para licencia de maternidad señaladas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Las licencias de paternidad más amplias apenas llegan a 20 días (en México), por lo que las madres asumen la carga de cuidados durante casi todo el periodo de posparto además de las labores domésticas del hogar. Esta desigualdad puede generar serias consecuencias para su desarrollo y bienestar físico y mental de ellas.
La maternidad y la salud física y mental
Socialmente, la maternidad se ha vinculado con trabajos que permiten el sostenimiento de la vida de otras personas, descuidando su salud. De acuerdo con los hallazgos del metaanálisis, a las mujeres se les suele diagnosticar ansiedad y depresión con más frecuencia que a los hombres.
En parte, esta depresión y deterioro de la salud física tienen que ver con el trabajo adicional que las madres hicieron durante los momentos más difíciles de la pandemia, pues se encargaron de la crianza y cuidado del hogar, incluso de familiares enfermos.
La investigación también encontró que las labores domésticas y el cuidado de las niñas y los niños tienen un menor impacto en la salud de los hombres. Tal vez esto se deba a que lo realizan en una proporción mucho menor.
La pobreza de tiempo para el autocuidado y descanso de las madres resulta en un problema de salud mental y también dificulta hacer cosas que mejoran la salud como hacer ejercicio, dormir o cultivar amistades.
Un estudio encontró que aunque es cada vez más probable que las parejas heterosexuales compartan la responsabilidad del trabajo remunerado y el que no lo es, los hombres tienen mucho más tiempo de ocio los fines de semana mientras las mujeres realizan más labores del hogar.
La maternidad y el acceso a servicios de salud
Cabe mencionar que en México, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), 25 millones de mujeres?dependen de un familiar para acceder a servicios de salud pública, en el caso de los hombres esta cifra se reduce a la mitad debido a que la salud pública está relacionada con la formalidad laboral.
La desigualdad en los cuidados representa obstáculos para que mujeres y personas con capacidad de gestar se desarrollen profesionalmente y cuiden de su salud plenamente. Por ello, la decisión de continuar, o no, un embarazo se vincula con la autonomía reproductiva y querer gestar o no.
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