Tristeza, enojo, alegría, rencor, paz, orgullo o irá son algunas emociones con las cuales vivimos a lo largo de nuestra vida. Desde el primer latido del corazón, las manifestamos mediante ruidos, palabras, caras o acciones. Por más que queramos esconderlas, ante ciertos ojos son evidentes. Debido a que nos acompañan en cada momento, es necesario conocerlas, manejarlas y expresarlas, sin embargo, cuando no tenemos a una persona que nos enseñe a lograrlo, las reprimimos, minimizamos y olvidamos.
Madres, padres, familiares y diversos cuidadores son nuestro primer acercamiento a la inteligencia emocional. Cuando estas personas carecen de un manejo de emociones, conforme pasa el tiempo aprendemos a controlarlas mediante acciones que son poco saludables tanto para nosotros, como para las personas que nos rodean. Desde gritos, peleas, golpes a objetos o agresiones a personas son algunos de los ejemplos. ¿Cómo fomentar la inteligencia emocional? ¿Por qué esto repercute en niñas y niños? Son algunas dudas que resolveremos en esta nota.
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¿Cómo influye la crianza en la inteligencia emocional?
La inteligencia emocional, según Institute for the Future of Education, es la habilidad para entender, usar y administrar nuestras propias emociones en formas que reduzcan el estrés, ayuden a comunicar efectivamente, empaticen con otras personas, superen desafíos y aminoren los conflictos. Si existe un nivel alto de inteligencia emocional, la persona podrá forjar relaciones sanas y equilibradas desde el núcleo familiar, escuela y trabajo. El portal destaca que existen 5 pilares de la inteligencia emocional:
- Autoconciencia: habilidad de reconocer y comprender nuestras propias emociones y cómo estas impactan a otras personas
- Autoregulación: desarrollo de la capacidad para manejar sentimientos adversos y adaptarse a cambios
- Motivación: se asume un compromiso por y para uno mismo. Es más fuerte que aquella que depende de las reacciones y perspectivas de otras personas
- Empatía: capacidad de reconocer y entender cómo se sienten otras personas
- Habilidades sociales: mecanismos necesarios para entender las emociones de otros, establecer una distancia y construir un canal de comunicación
Eresmamá detalla que cuando un niño es criado sin inteligencia emocional no puede poner en palabras lo que siente, sólo prestan atención a emociones que conocen, tienen dificultad para reconocer las emociones de las demás personas, no establecen límites con otras personas, suelen lidiar con una dificultad para controlar sus impulsos, tienden a racionalizar sus emociones sin entender primero cómo les afectan y usualmente tienden a convertirse en lo que otras personas esperan, no lo que ellos quieren ser.
En cambio, cuando las y los niños tienen inteligencia emocional, explica Pearson, tiende a comunicarse de manera que expresa sus sentimientos y toma en cuenta los sentimientos de las demás personas, tiene alta autoestima y respeto hacia las demás personas, muestran mayor resiliencia a eventos conflictivos, tienen capacidad para tomar decisiones propias, expresan menor propensión al estrés y a la represión, así como muestras disposición de liderazgo. Es decir, la inteligencia emocional les permite reconocer sus emociones y aprenderlas a gestionar. Si quieres desarrollar inteligencia emocional en tus niñas y niños Colegio Viktor Frankl recomienda una serie de estrategias:
- Ayudarles a reconocer sus emociones dándoles un nombre mediante tarjetas de emociones con imágenes atractivas
- Con juegos y música, ayudarles a manejar las emociones, identificando cómo se sienten y cómo gustarían sentirse
- Buscar ambientes sanos donde niñas y niños puedan crecer de forma plena. También la inteligencia emocional puede trabajarse en cuidadores
(Con información de Institute for the Future of Education, Eresmamá, Pearson, Colegio Viktor Frankl)