Aunque las bebidas energéticas son bastante populares y existen una gran variedad de marcas en el mercado, estudios han ligado su consumo a diversos problemas de salud, sobre todo cuando se consumen en exceso por parte de poblaciones vulnerables como infancias, personas adultas mayores y mujeres y personas embarazadas.
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Según un estudio realizado por investigadores de la Harvard T.H. Chan School of Public Health, el consumo de bebidas energéticas antes del embarazo podría aumentar el riesgo de problemas de salud como la hipertensión gestacional, también conocida como presión arterial alta durante el embarazo.
¿Qué son las bebidas energéticas?
El Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) define las bebidas energéticas como aquellas que contienen cafeína en combinación con otros ingredientes como taurina, guaraná y vitaminas del complejo B.
En México, la introducción de las bebidas energéticas tuvo lugar en el año 2000. En poco tiempo se convirtió en una de las bebidas preferidas entre los adolescentes y jóvenes, sobre todo en periodos de exámenes y situaciones específicas para “rendir más”.
Grupos en riesgo como mujeres embarazadas y niños deben limitar su consumo diario de cafeína a un máximo de 300 mg. En los adolescentes, lo recomendable es que consuman un máximo de 100 mg de cafeína al día, pues el consumo en exceso se ha asociado con elevación de presión arterial.
¿Qué dice el estudio sobre el consumo de bebidas energéticas?
El estudio, que fue publicado en noviembre del 2023 en la revista JAMA Network Open fue llevado a cabo por Ming Ding, un ex investigador asociado en Harvard Chan School y Jorge Chavarro, profesor de nutrición y epidemiología en la misma institución. Los resultados revelaron que los participantes que consumían estas bebidas tenían mayor riesgo de desarrollar problemas de salud relacionados con la presión arterial, informa GastroLab.
Así mismo, los investigadores hicieron hincapié en la importancia de examinar el vínculo entre el consumo de bebidas energéticas y resultados adversos en el embarazo, sobre todo si se considera que la mayoría de los consumidores de estas bebidas son adultos jóvenes en edad reproductiva, incluyendo a personas y mujeres en proceso de gestación.
Así mismo, el estudio informó que el riesgo de hipertensión gestacional asociado con el consumo de estas bebidas es mayor en adultos de 28 años en adelante. Otros estudios señalan que el consumo de bebidas energéticas durante el embarazo y la lactancia tiene un impacto negativo en los recién nacidos y debe ser tratado como un problema de salud importante que merece atención.
Abstenerse de ingerir bebidas energéticas durante el embarazo es una recomendación universal.
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