Nadie puede negar que niñas y niños se han vuelto más intolerantes e impacientes como consecuencia de la tecnología. Pero, ¿a qué edad se recomienda que un niño tenga celular? Esto es lo que explican especialistas en psicología, los motivos, pero también las consecuencias de acelerar este proceso.
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¿A qué edad se recomienda que un niño tenga celular?
La inmediatez proporcionada por internet ha influido en la paciencia y tolerancia de los niños. El Centro Educativo para la Primera Infancia (SEDI) señala que, aunque es natural que los niños pequeños sean impacientes, es esencial fomentar desde temprana edad la capacidad de tolerar la frustración y desarrollar habilidades socioemocionales.
Para ello, recomienda que los adultos sean modelos de paciencia, verbalicen sus emociones, eviten premiar la impaciencia y utilicen herramientas prácticas como la observación de procesos naturales y el uso de temporizadores para enseñar la espera.
Enmente Psicología explica que la edad en la que los menores tienen su primer smartphone ha caído en picado en la última década: “Personalmente he visto niños de 2 años desbloquear tranquilamente el móvil de sus padres. A niños de 3 años desbloquearlo y abrir alguna aplicación de reproducción de vídeo o juego de forma completamente autónoma. Y a algunos con 10 años que ya andan pidiendo el último iPhone del mercado. La situación es desalentadora”.
La fundación ANAR recomienda que no se disponga de celular propio hasta los 15 años. Ciertos expertos afirman que antes de los 13 años es perjudicial. Sin embargo, las estadísticas revelan que uno de cada cuatro niños de 10 años tiene móvil. Con 11 años el porcentaje sube a la mitad. Y con 12 años tres de cuatro niños lo tienen.
Sin embargo, y de acuerdo con los psicólogos, el celular es una responsabilidad y un privilegio. Cada hijo es distinto, su desarrollo es particular y, por tanto, no apuestan por una edad fija a la que acceder a un móvil propio. Por lo que los padres también deben valorar la capacidad de su hijo para asumir esta responsabilidad.
En cualquier caso, indican los psicólogos, es fundamental que exista una adaptación, unas normas de uso específicas y que se vayan aprendiendo los límites (cuando no se debe usar, qué usos le puede dar y cuáles no, etcétera).
En resumen, hasta que el menor aprenda a hacer un uso responsable del celular, los padres deben ser los dueños del teléfono y deben de poder acceder a él.