Como padres, lograr que nuestros hijos sean plenamente felices es un objetivo inevitable, pero ¿cómo saber que un niño realmente es feliz? No basta con percibir que sonríe con frecuencia, hay otras señales que confirman la felicidad de un pequeño, de acuerdo con la psicología.
Que un niño sea feliz va mucho más allá de asegurarse de que tenga momentos de alegría, en lo que realmente tenemos que fijarnos es cómo se relaciona con los demás, sus comportamientos y los vínculos que hace.
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Cuando estamos al tanto de todas las señales de que un niño es feliz, podemos trabajar en las herramientas para darles un entorno que permita su pleno desarrollo emocional y su resiliencia ante los momentos difíciles de la vida a los que se enfrentarán.
Señales de que un niño es feliz
- Comunica sus emociones libremente
Expertos como la psicóloga Katia Giménez en Barcelona explican que la forma en que un niño expresa sus emociones es clave para identificar si realmente es feliz o no. Cuando los pequeños pueden comunicarse libremente en su entorno, especialmente en el hogar, sin temor a ser juzgados, es una clara señal de bienestar emocional y por supuesto, felicidad.
Para que los niños sean capaces de expresarse sin temor es importante que como adultos les demos el ejemplo, así que evita reprimir emociones como la tristeza, la alegría o la frustración, lo mejor es mostrarlas con naturalidad para que el niño las interprete de esta manera.
De igual forma, si tu hijo llora, hace berrinche, se frustra o quiere gritar de alegría, no lo reprimas, valida lo que siente y dale acompañamiento.
- Es curioso y disfruta jugar
Otra señal de que un niño es feliz se manifiesta con su constante curiosidad y el disfrute del juego, ya sea solo o con otros pequeños. Estos comportamientos son indicadores de una base emocional sólida ya que reflejan autoestima y seguridad.
Es importante permitir que los niños hagan preguntas, que exploren y que disfruten del aprendizaje, así que debemos evitar darles “lecciones” con regaños o actos violentos.
Cuando dejamos que los niños sean curiosos y jueguen, ayudamos a que expandan su imaginación, que resuelvan problemas y que expresen sus emociones.
- Tiene vínculos afectivos seguros
Los niños que pueden establecer relaciones positivas con figuras significativas como sus padres y cuidadores o maestros, suelen desarrollar una sensación de protección, lo que facilita que desarrollen una personalidad más estable y libre de expresarse.
- Es resiliente
Es imposible que un niño sea feliz todo el tiempo, pero una buena señal de que tiene bienestar emocional es que puede afrontar los momentos de frustración y superar los retos.
Para ello, es importante que no invalidez sus emociones con frases como “no exageres” o “deja de llorar”, ya que eso limita su aprendizaje y los cohíbe. Mejor dale acompañamiento, escucha lo que siente y motívalo.
- Duerme y come bien
Los niños felices requieren de un buen descanso y una correcta alimentación para mantener un estado emocional adecuado, así que, si tu pequeño no presenta problemas con la comida y suele dormir bien la mayoría de las noches, es probable que se sienta pleno y seguro.
- Realiza actividades deportivas o artísticas
Dejar que los niños participen en este tipo de actividades no solo mejora su salud física, sino que se asocia con menos estrés y una mayor felicidad, además de que contribuye a un mejor desarrollo.
Un estudio publicado en BMC Public Health encontró que los niños que hacen ejercicio con frecuencia suelen ser más felices y tienen menos estrés.
Por medio del ejercicio o la cultura, los niños pueden conocer a otros niños, reforzar lazos de amistad y sentirse aceptados, algo que aumenta su autoestima y los hace felices.
Ya lo sabes, un niño feliz no solo se reconoce por las veces que sonría durante el día, sino por otros factores que puedes notar en su comportamiento del día a día.
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