Ser mamá implica una serie de cambios en todos los ámbitos de tu vida, desde el embarazo hasta que nace tu bebé y a lo largo de varios años de desarrollo. Si bien los cambios más evidentes a primera vista son físicos, la maternidad también conlleva grandes cambios emocionales y psicológicos que pueden derivar en trastornos como ansiedad y depresión.
Si crees que estás atravesando por una situación de este tipo, lo primero que debes saber es que no estás sola, ya que estos cambios emocionales son muy comunes y por eso el primer miércoles de mayo se conmemora el Día Nacional de la Salud Mental Materna con el objetivo de concientizar a la población sobre este tema y garantizar la atención oportuna en caso de que se requiera.
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Resultados de estudios realizados entre las usuarias del Instituto Nacional de Perinatología (INPer) “Isidro Espinosa de los Reyes” muestran que una de cada dos mujeres en etapa gestacional presenta cierto grado de malestar psicológico. La especialista de la Coordinación de Psicología y Psiquiatría del INPer explicó que, en el tamizaje realizado a las pacientes, se ha encontrado que los principales trastornos mentales durante la gestación son depresión y ansiedad.
“Se sabe que el embarazo y la maternidad son procesos muy exigentes emocionalmente, y si la futura mamá no tiene los recursos psicológicos para enfrentarlos, puede presentar crisis emocionales de tristeza o ansiedad”, indicó.
Salud mental en el embarazo
La especialista del INPer explicó que las mujeres con antecedentes de condiciones emocionales adversas están en más riesgo de que los síntomas se potencien en el embarazo. En estos casos es necesario que reciban atención psicológica desde los primeros meses de gestación.
En otros casos, el trastorno emocional se manifiesta durante el embarazo, debido al cúmulo de emociones que experimenta la mujer por las exigencias sociales sobre la responsabilidad que significa la crianza del bebé.
La depresión posparto es la patología mental más visibilizada después del nacimiento del bebé; sin embargo, la población en general tiene poco conocimiento de que este padecimiento es secundario a la depresión no atendida durante el embarazo.
Es por eso que se recomienda la evaluación psicológica durante el embarazo para que cualquier alteración emocional se atienda de forma oportuna a través de psicoterapia o, en caso necesario, con la prescripción de fármacos por especialistas en el manejo de tratamientos perinatales, para garantizar la salud física y mental tanto de la madre como del feto.
Romper el estigma sobre las enfermedades mentales
La especialista del INPer lamentó que en la actualidad persiste el estigma sobre las enfermedades mentales, lo que contribuye a que quienes las padecen no acudan a recibir atención médica oportuna.
Enfatizó en la necesidad de que las embarazadas deben estar atentas a cualquier malestar físico o emocional y comunicarlo al personal médico, para que, en caso necesario, sea referida con la o el especialista, quien después de la evaluación clínica determinará el tipo de tratamiento.
La experta explicó que cuando la madre sufre algún tipo de trastorno mental está menos dispuesta a contribuir a los cuidados maternos, lo que ocasiona afectaciones al bebé en su desarrollo físico, mental, cognitivo y emocional.
En este contexto, hizo hincapié en la importancia de la estabilidad emocional durante el embarazo, ya que de ello depende la crianza exitosa, es decir, que la niña o niño esté bien cuidado física y emocionalmente. Esto a su vez contribuye a que las personas tengan la capacidad de enfrentar los desafíos a lo largo de su vida.