Las actividades en la playa y el contacto con el agua pueden incrementar justamente el riesgo de infecciones en el oído externo, comúnmente conocidas como otitis externa o oído de nadador. Estas infecciones son causadas principalmente por la exposición a bacterias y hongos presentes en ambientes húmedos, como piscinas, océanos y lagos.
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Riesgos de infección en el oído
El oído externo es susceptible a infecciones debido a varios factores asociados con las actividades acuáticas:
- Humedad prolongada: El agua retenida en el conducto auditivo puede romper la barrera de protección del cerumen, creando un ambiente propicio para el crecimiento bacteriano y fúngico.
- Exposición a bacterias: Las aguas naturales y las piscinas pueden contener bacterias, especialmente si no están adecuadamente desinfectadas.
- Irritación mecánica: El uso frecuente de hisopos o audífonos puede causar microlesiones en el conducto auditivo externo, facilitando la entrada de microorganismos.
- Factores ambientales: La temperatura y la humedad elevadas en los destinos de playa pueden exacerbar la susceptibilidad a infecciones.
Recomendaciones para evitar la infección
- Secar los oídos cuidadosamente: Después de nadar, inclina la cabeza de lado a lado para drenar el agua, y usa una toalla para secar suavemente los oídos.
- Evitar insertar objetos en el oído: No utilices hisopos de algodón, ya que pueden empujar el cerumen hacia adentro y causar irritación.
- Usar tapones para los oídos: Opta por tapones específicos para nadar para prevenir la entrada de agua
- Mantener los oídos ventilados: Al descansar, quita los audífonos o protectores para permitir la circulación de aire.
- Protegerse del agua contaminada: Evita nadar en aguas sospechosas de contaminación bacteriana.
Recomendaciones tras adquirir la infección
- Consultar a un médico: Busca atención médica si sientes dolor o picazón intensa en los oídos o si hay secreción.
- Aplicar tratamiento médico: Sigue las indicaciones médicas para el uso de gotas antibióticas o antifúngicas prescritas.
- Mantener los oídos secos: Evita nadar y exponerte a más agua hasta que la infección se cure por completo.
- Aliviar el dolor: Aplica compresas calientes en el área externa del oído para aliviar el dolor.
- Monitorear síntomas: Controla cualquier avance de los síntomas y consulta nuevamente al médico si empeoran.
Mantener una buena higiene y tomar precauciones puede ayudar a disfrutar de unas vacaciones seguras, evitando el riesgo de infecciones auditivas. Estas medidas contribuyen significativamente a la prevención y manejo eficaz de la otitis externa.
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