Pregunta recurrente y rodeada de halo de misterio: ¿De qué se encarga específicamente el psiquiatra?, ¿Qué lo hace diferente de un psicólogo?, ¿Es un médico? y ¿Cuándo sé si es necesario ir al psiquiatra?
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Aprovechemos la conmemoración del Día Nacional del Psiquiatra, este 31 de marzo, para ir dilucidando estas dudas, que, si bien no agobian el alma, si son increíblemente frecuentes.
Primero hay que decir que este día especial viene a colación por el aniversario luctuoso del decano de la Psiquiatría Nacional, el Dr. Ramón De la Fuente, fundador, entre otras cosas, del Instituto Nacional de Psiquiatría.
Lo que hace un psiquiatra y su importancia
Hay que decir que el psiquiatra es un especialista más dentro del extenso campo de la medicina, poseedor de una rebanada del conocimiento de la salud, como un cardiólogo, un ginecólogo o un pediatra, es el que se encarga desde el paradigma médico paciente, de la salud mental.
Hay que estudiar 6 años de medicina y posteriormente 4 años de especialización en psiquiatría, para después decidir si quieres subepecializarte en niños y adolescentes, adicciones, adultos mayores, trastornos de la conducta alimentaria, esquizofrenia y otras psicosis, demencias, espectro bipolar o neuropsiquiatría, entre otras ramas del extensísimo conocimiento de la mente y el comportamiento del ser humano.
El análisis de estas patologías y de su cuidado y prevención se realiza desde el panorama de un binomio falso para nosotros, que es el de dividir la mente y el cuerpo. Pero entendiendo, que están juntas para siempre, es parte de la práctica habitual entender al individuo desde que problemas médicos generales, como los hormonales, metabólicos y cardiovasculares, pueden e inciden de forma directa en la salud del cerebro, que es el órgano residente del afecto, el comportamiento, la cognición y la conducta.
Se hacen historias clínicas, se averigua sobre el desarrollo de la persona y se hacen diagnósticos diferenciales, para decidir qué estudios de laboratorios, gabinete o pruebas psicológicas y escalas son necesarias para confirmar una sospecha clínica y diagnóstico principal; en resumen se trabaja con la mente como en el resto de la medicina tradicional: se dilucida un diagnóstico para poder seguir las instrucciones específicas del mejor manejo planeado para la persona portadora de ese desorden.
Es necesario acudir al psiquiatra, siempre que problemas en las áreas antes descritas (cognición, afecto o conducta) alteren mi funcionalidad y calidad de vida en el mundo. Para apoyar a superar estos problemas con la metodología científicamente probada, usando cambios en el estilo de vida, diferentes tipos de psicoterpaia, medicamentos que apuntan a distintas dianas farmacológicas y dispositivos de neuromodulación. A final de cuentas, recuperar lo más importante de la persona, su salud mental.
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