El título es muy largo y poco vendedor, pero expresa perfectamente mi observación acerca del sobre diagnóstico silvestre de todos aquellos familiares y amigos que califican así a su persona más cercana fanática del orden o con el anglicismo perfectamente aplicado de “control freak”. El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) ha ocupado cada vez más reflectores, se habla de celebridades que lo padecen (Leonardo Di Caprio, David Beckham, Justin Timberlake, Cameron Díaz, Megan Fox y hasta Charlize Theron), existiendo obras de teatro que abordan de forma chusca el padecimiento y algunas de sus variedades.
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Justo una de ellas fue escrita por el dramaturgo francés Laurent Baffie en 2005 y cuenta la interacción de seis portadores de TOC en la sala de espera de un psiquiatra que no llega a tiempo a atenderlos.
Uno de ellos tiene Síndrome de Guilles de la Tourette (una enfermedad de tics motores y vocales junto con TOC), uno que tiene la necesidad imperiosa de hacer cálculos matemáticos con todos los elementos a su alrededor, uno más que necesita verificar varias veces que las cosas se hagan, otro con el temor obsesivo a ser infectado por diferentes enfermedades, un portador de ecolalia (la necesidad de repetir siempre el final de las palabras o la última palabra de una frase) y finalmente, un participante con gran ansiedad con que el medio ambiente cuente con un mínimo de orden y simetría.
Estos son algunos de los subtipos más frecuentes de ideas obsesivas, quizas junto con las de contenido religioso, sexual o de cometer actos violentos.
¿Qué es el TOC y cuáles son sus componentes básicos?
El TOC es un desorden que se desarrolla a partir de la adolescencia hasta en la mitad de los casos y que se presenta en el 2-3% de la población mundial. Por lo tanto es mucho menos frecuente de lo que le comentamos a nuestros conocidos que sospechamos que ellos o nosotros somos portadores.
Esto se debe a que es distinto tener la enfermedad del TOC, donde los pacientes quieren dejar de tener los síntoma; a contar con rasgos obsesivos dentro de mi personalidad (tener una forma de ser ordenada pero que me deja vivir en paz con ella). En el TOC hay dos componentes básicos:
- Ideas obsesivas: Presencia de pensamientos persistentes que tienden a ocupar más parte de mi mente y que generan gran ansiedad. Es muy importante decir que no importa que se trate de ideas que lleven un contenido lógico o no. Lo que las hace obsesivas es el proceso repetitivo y que se menten en mi cabeza a pesar de que yo intente sacarlas de ahí.
- Actos compulsivos: en medio del sufrimiento que me produce una idea obsesiva, mi mente genera un mecanismo “mágico” donde me permite descargar la gran ansiedad que tengo por la idea, en un comportamiento que la desahoga de forna temporal. Posteriormente se vuelve a incrementar la ansiedad, se repite la idea y caemos en la tentación del acto compulsivo.
Las causas del TOC son la suma de la facilitación genética, con una heredabilidad del 68% de probabilidad de que un padre con TOC procreé un hijo con TOC, más la combinación de neurotransmisores en mi sistema nervioso central (con menos setotonina y más dopamina en el lóbulo frontal derecho), y la presencia de eventos estresantes de vida en mis etapas de infancia y adolescencia, que sean suficientes para desencadenar el inicio del TOC.
Hay que decir que en el 2013 se reformó la clasificación de las enfermedades en psiquiatría y se extrajo al TOC de los trastornos de ansiedad, con el objetivo de estudiarla en forma separada, crear y probar tratamientos específicos, pero sobre todo para dejar claros los datos de que el TOC es una patología que se logra controlar de forma muy exitosa con una calidad de vida genial, pero que requiere de manejo prácticamente de por vida.
¿Cómo se debe tratar el TOC?
El manejo es un tratamiento integral de farmacoterapia que incremente los montos de serotonina, con lo cual puedo retar a mis ideas obsesivas; junto con una psicoterapia de corte cognitivo conductual que me deja exponerme a no llevar a cabo los actos compulsivos y desetimar las ideas obsesivas como productoras de ansiedad e incomodidad.
Como mencionábamos en la sección de síntomas, el paciente que es portador de TOC sufre mucho por no poder contener de forma permanente la ansiedad que le producen las ideas obsesivas y la afectación en su vida de cumplir con los actos compulsivos; pero también tenemos que tomar en cuenta la afectación que se produce en la familia y los amigos de las personas con TOC, es prácticamente imposible cumplir con las rutinas de la vida cotidiana, ya que el paciente toma mucho, pero mucho tiempo lidiando con las obsesiones y con las compulsiones; así como la gran impotencia de no poder hacer nada por ayudarlo.
El mejor papel de un familiar de una paciente portador de TOC es estar ahí apoyándolo para poder recibir la ayuda necesaria y profesional que ya describimos.
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