El envejecimiento de la población es una realidad ineludible que tiene amplios y diversos efectos en las distintas regiones del mundo. Se han destacado las necesidades urgentes y crecientes de las personas mayores, la importancia de replantear los modelos de pensiones y de cuidados de larga duración, y la necesidad de promover el envejecimiento saludable.
La vejez pone de relieve la realidad de las desigualdades por motivos de género, ya que las mujeres están menos protegidas que los hombres por los sistemas de pensiones debido a la desigualdad salarial por razón de género, una trayectoria profesional más corta e interrumpida por las responsabilidades familiares y otras situaciones desventajosas arraigadas en las normas y prácticas socioculturales.
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Durante las últimas décadas, la investigación sobre el envejecimiento ha cambiado gradualmente el enfoque de considerar la vejez simplemente como una fase de la vida de deterioro funcional progresivo y enfermedades. Así como explorar el potencial de las personas mayores para mantener su salud, funcionamiento, bienestar y contribución a la sociedad.
La pandemia de covid-19 ha enfatizado las necesidades y vulnerabilidades que tienen las personas mayores. Por lo que, que cada persona mayor puede verse afectada por la covid-19, que dependen de las consecuencias de su salud física y mental en general, por lo que la atención y el tratamiento siempre deben tener esto en consideración.
¿Qué es la capacidad intrínseca asociada el envejecimiento?
La capacidad intrínseca (CI) es un nuevo concepto y modelo propuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 2015, desde el paradigma no centrado en enfermedades a un nuevo paradigma que tiene como pieza fundamental la función.
La CI, representa la cantidad de recursos disponibles para una persona a lo largo de su vida, es un concepto dinámico, y su trayectoria puede proporcionar información sobre toda la vida a nivel personal (clínico) y poblacional (salud pública). Los médicos pueden detectar desviaciones de la norma antes de las manifestaciones clínicas, evaluar la efectividad de las intervenciones y tomar medidas preventivas para lograr un envejecimiento saludable.
La CI está integrada por cinco dominios sobre los que pivotaría la medición de la salud en las personas mayores: cognición, aspectos psicológicos, locomoción, función de los sentidos y vitalidad.
La prevalencia de la disminución de la CI varía de 19.23% a 89.3%, pero la mayoría de los estudios muestran que esto es más grave. Una menor CI, se asocia significativamente con el aumento de la edad, el género femenino, el menor nivel educativo, la menor riqueza y más enfermedades crónicas, y el estatus social. Por lo que, la investigación traslacional sobre capacidad intrínseca en personas mayores previo y a consecuencia de la pandemia por covid-19 deberá tener como finalidad, reorientar la práctica clínica (prevención, diagnóstico y tratamiento), programas y políticas en salud para las personas mayores.
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