La avena tiene muchas cualidades, tantas que siempre la vemos en los desayunos, los licuados, entre comidas o entrenamientos, consecuencia de su contenido en vitaminas y minerales. Sin embargo, una duda constante es cómo es mejor, si cruda o cocida. Compartimos algunos puntos para que lo evalúes y tú tomes la decisión que más te convenga.
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¿Cómo es mejor tomar la avena cocida o cruda?
Candida Rebello, directora del programa de investigaciones sobre nutrición y enfermedades crónicas del Centro de Investigación Biomédica Pennington de la Universidad Estatal de Luisiana en Baton Rouge, señala que estudios exhaustivos han relacionado a las hojuelas de avena y la avena con muchos beneficios para la salud cardíaca, como reducción del colesterol (ambos el colesterol total y el colesterol LDL "malo") y ayuda con el control del peso, expuso la American Heart Association News.
Según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, una taza de avena cocinada tiene cerca de 1.8 miligramos de vitamina B1, o tiamina. Eso es casi el 15% de lo que un adulto necesita cada día. También tiene 1.36 mg de manganeso, que constituye el 59% y el 76% de la recomendación diaria para los hombres y las mujeres, respectivamente. El manganeso desempeña papeles en la inmunidad, la coagulación sanguínea y la forma en que se metabolizan el colesterol y el azúcar en la sangre. Esta misma taza de avena cocinada solo tiene 166 calorías y tiene casi 4 gramos de fibra dietética.
Indica que además, la avena es fibra soluble, lo cual significa que se disuelve en agua caliente, donde se espesa. “Cuando comes avena, ese tipo de pegajosidad que observas proviene de esta viscosidad que genera el betaglucano”, dijo Rebello. Eso contribuye a que sientas saciedad durante más tiempo y ayuda a que la comida no digerida descienda a las partes bajas de tu tracto digestivo, donde alimenta a las bacterias beneficiosas que allí viven.
Las hojuelas de avena también son ricas en fitonutrientes, sustancias derivadas de las plantas que pueden promover la salud; y un tipo de fitonutrientes son las avenantramidas que solamente se encuentran en la avena.
Para esta experta, lo ideal es comer avena de forma regular. Media taza de hojuelas de avena arrolladas se cocina rápidamente y mantendrás la saciedad durante un largo tiempo. Y señala que la avena con tu fruta preferida puede ser una forma dulce de comenzar el día. O bien, cocinarla en leche baja en grasa para que quede cremosa y agrégale frutos secos sin sal como refuerzo a su valor para la salud cardíaca.
Finalmente, y de acuerdo con una investigación publicada en la Escuela Pública de la Salud de la Universidad de Harvard, la avena cruda aporta hasta 26% de su contenido en betaglucano, a diferencia de la avena cocida que solo proporciona el 9%.
En resumen, la decisión está en tus manos. Pues recuerda que el betaglucano te brinda sensación de saciedad y ayuda a que la comida no digerida descienda a las partes bajas de tu tracto digestivo. Pero mientras lo decides, no dejes de comer avena cocida o cruda, pues con ambas versiones te nutrirás de vitaminas y minerales.