Harvard publicó un nuevo estudio que revela cómo la proteína vegetal cobra un papel cada vez más importante en nuestra dieta, y su impacto en el cuerpo humano. Entonces, ¿en qué proporción deberíamos consumirla y cómo impactará en nuestra salud? Te informamos acerca de su última investigación.
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¿Cuál es la proteína vegetal y cómo impacta en la salud según Harvard?
Un estudio reciente de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, reveló que una mayor proporción de proteínas de origen vegetal en la dieta puede contribuir significativamente a la prevención de enfermedades cardiovasculares y coronarias.
Según los investigadores, la clave no solo está en aumentar el consumo total de proteínas, sino en equilibrar mejor la proporción entre proteínas vegetales y animales.
Men's Health compartió que cada vez más estudios confirman que priorizar proteínas de origen vegetal aporta múltiples beneficios para la salud. Aunque las proteínas animales pueden ser más eficaces para el desarrollo muscular, las vegetales destacan por su impacto positivo en la salud cardiovascular.
Según los expertos de Harvard, sustituir la carne roja y procesada por fuentes vegetales de proteínas puede reducir los riesgos de enfermedades cardiometabólicas.
Los hallazgos del estudio indican que un mayor consumo de proteínas vegetales se asocia con menores niveles de colesterol LDL, presión arterial más baja y reducción de la inflamación, factores clave en la prevención de enfermedades del corazón. Además, suelen ir acompañadas de fibra, antioxidantes y grasas saludables, lo que refuerza aún más sus efectos positivos.
De acuerdo con Jill Weisenberger, dietista titulada residente en Virginia y autora de Prediabetes: A Complete Guide, entre estas fuentes se encuentran los pistaches, las semillas de cáñamo, la quinoa y los alimentos de soja como el tofu, la leche de soja, el edamame y la soja fermentada (tempeh).
Otros alimentos ricos en proteínas vegetales son las semillas, las alubias, los frutos secos y los cereales, como las lentejas, las nueces, las pipas de girasol, los frijoles, las judías pintas, las alubias rojas, la espirulina, las semillas de chía, los garbanzos, las semillas de lino, las almendras, las arvejas partidas, los cacahuetes, la avena, el seitán (gluten de trigo) y cereales antiguos como la espelta, la cebada y el teff.
Entonces, ¿cuál es la proporción ideal de proteína vegetal y animal?
El estudio analizó datos de casi 203 mil personas durante 30 años, registrando más de 16 mil casos de enfermedad cardiovascular. Según Andrea Glenn, autora principal de la investigación, el estadounidense promedio consume una proporción de proteínas vegetales y animales de 1:3, lo que podría no ser óptimo para la salud.
Los investigadores encontraron que una proporción de al menos 1:2 es mucho más eficaz para prevenir enfermedades cardiovasculares. Para la cardiopatía coronaria, lo ideal sería que al menos 1:1,3 de la proteína total proviniera de fuentes vegetales.
En resumen, la distribución más saludable sería prácticamente mitad proteínas vegetales y mitad animales.
Las personas que alcanzaron esta proporción ideal presentaron un 19% menos de riesgo de enfermedad cardiovascular y un 27% menos de riesgo de cardiopatía coronaria. Estos beneficios fueron aún mayores en quienes tenían un consumo total de proteínas más alto, con una reducción del 28% en el riesgo de enfermedades cardiovasculares y del 36% en cardiopatía coronaria.
Finalmente, Frank Hu, profesor de Nutrición y Epidemiología en Harvard, afirmó que la mayoría de las personas deberían empezar a inclinar su dieta hacia las proteínas vegetales, ya que este cambio no solo beneficia la salud humana, sino también la del planeta: “Podemos hacerlo reduciendo la carne, especialmente la roja y procesada, y aumentando el consumo de legumbres y frutos secos”.
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