El pollo congelado es uno de los alimentos más comunes, porque facilita la preparación de comidas sin preocuparse por su caducidad inmediata. Además de que es una opción saludable cuando solemos practicar el meal prep o el batch cooking, pero, ¿cuánto tiempo dura el pollo congelado antes de echarse a perder? Te decimos la temporalidad y a cuántos grados debe preservarse.
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¿Cuánto tiempo dura el pollo congelado antes de echarse a perder?
Aunque la congelación ayuda a preservar la calidad y frescura del pollo, no lo hace indefinidamente. Por eso, expone Cocina Delirante, es importante conocer cuánto tiempo puede mantenerse en el congelador sin comprometer su sabor, textura y seguridad.
De acuerdo con la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), el pollo entero puede conservarse en el congelador entre 9 y 12 meses si se mantiene a una temperatura de -18°C o más fría; y para piezas como pechugas, muslos o alitas, este tiempo se reduce a entre 8 y 9 meses.
En el caso de los pollos que ya estaban congelados al momento de comprarlos, el tiempo máximo recomendado es de 10 meses, debido a posibles descongelaciones previas durante su almacenamiento o transporte.
Es fundamental asegurarse de que el pollo esté bien empaquetado para evitar la exposición al aire, lo que podría provocar quemaduras por congelación, una condición que afecta la textura y sabor de los alimentos. Aunque la congelación prolongada no hace que el pollo sea inseguro para el consumo, sí puede alterar sus características, haciéndolo menos agradable al paladar.
Además, de acuerdo con la AESAN, algunos consejos prácticos para congelar el pollo adecuadamente son:
- Etiqueta y organiza: Asegúrate de etiquetar cada paquete con la fecha de congelación para llevar un control claro del tiempo que lleva almacenado.
- Rotación de alimentos: Cocina primero las piezas que llevan más tiempo congeladas para evitar que superen los tiempos recomendados.
- Divide en porciones: Antes de congelarlo, separa el pollo en porciones más pequeñas. Esto no solo facilita la descongelación, sino que también evita desperdiciar alimentos.
- Descongela de forma segura: Hazlo en el refrigerador o sumergiendo el pollo en agua fría. Evita la descongelación a temperatura ambiente, ya que esto puede favorecer el crecimiento bacteriano.
En resumen, aunque el pollo congelado puede ser una solución práctica para ahorrar tiempo y dinero, es esencial seguir estas recomendaciones para mantener su calidad y seguridad. Por ejemplo, no olvides revisar regularmente tu congelador y planificar tus comidas con los alimentos que has almacenado durante más tiempo. Con una buena organización, disfrutarás de un pollo fresco y delicioso cada vez que lo prepares.