Las bebidas energéticas son bebidas sin alcohol que contienen cafeína y otros ingredientes con efectos estimulantes, nutricionales o fisiológicos y a continuación, te decimos cómo pueden afectar a tu salud el tomarlas.
Algunos de los ingredientes que contienen las bebidas energéticas son taurina, vitaminas, glucuronolactona, guaraná y saborizantes y aunque algunas personas la toman a menudo antes de hacer ejercicio, estas pueden afectar a la salud.
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Las bebidas energéticas se suelen ocupar para disminuir la fatiga, aumentar la resistencia física y mental y proporcionar energía extra.
¿Cómo afecta a los estudiantes el tomar bebidas energéticas?
Un estudio realizado en Noruega encontró que cuanta mayor es la frecuencia de consumo de bebidas energéticas, menos horas de sueño nocturno registran los estudiantes universitarios. Incluso tomar una de estas bebidas al mes está relacionada con un mayor riesgo de trastornos del sueño.
¿Cómo se realizó la investigación?
Los investigadores estudiaron a 53 mil 266 participantes de entre 18 y 35 años del Estudio de Salud y Bienestar de los Estudiantes, encuesta más reciente realizada entre estudiantes de Noruega.
Se preguntó a los estudiantes con qué frecuencia bebían bebidas energéticas, con las opciones de:
- Diario
- Cada semana
- Mensualmente
- Rara vez
También se les preguntó sobre sus patrones habituales de sueño: a qué hora se acostaban y se levantaban, cuánto tiempo tardaron en conciliar el sueño, vigilia después de dormir y luego se calculó la eficiencia de sueño a partir del total de horas de sueño nocturno frente al tiempo pasado en la cama.
Los investigadores definieron el insomnio como experimentar dificultades para conciliar y permanecer dormido y despertarse temprano al menos 3 noches a la semana, además de somnolencia diurna y cansancio durante al menos 3 días a la semana, durante al menos 3 meses.
¿Cuáles fueron los resultados?
Los hombres fueron quienes más consumían bebidas energéticas, sin embargo, tanto ellos como las mujeres que informaron un consumo diario durmieron alrededor de 30 minutos menos que aquellos que informaron solo un consumo ocasional o ningún consumo.
Del mismo modo, se observaron asociaciones similares al despertarse después de quedarse dormido y al tardar más en conciliar el sueño. Igualmente, el aumento del consumo se asoció con un aumento correspondiente tanto en el tiempo de vigilia nocturna como en el tiempo necesario para conciliar el sueño.
Los resultados de la investigación fueron claros y no dejan duda, aquellas personas que consumen bebidas energizantes tienen una peor eficiencia del sueño en comparación con quienes no las consumen.
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