MARISCOS

5 posibles riesgos de comer mariscos esta temporada

En esta cuaresma los pescados y mariscos son la mejor opción para preparar platillos frescos, pero hay que tener precauciones por los posibles riesgos a la salud

Los mariscos son deliciosos, pero también pueden ser una fuente de infecciones.
Los mariscos son deliciosos, pero también pueden ser una fuente de infecciones. Créditos: Especial
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Sin duda, los mariscos y pescados son una de las opciones favoritas esta temporada y es que hay platillos frescos y deliciosos como el ceviche o el coctel de camarón, donde el ingrediente estrella son los productos del mar. No obstante, debes tener cuidado, ya que hay al menos 5 posibles riesgos de comer mariscos.

La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) explica que los pescados y mariscos son una parte importante de una dieta saludable, ya que aportan proteínas de alta calidad, son bajos en calorías y tienen nutrientes esenciales como ácidos omega 3.

Una dieta bien equilibrada debe incluir productos del mar, pero siempre teniendo algunas precauciones, ya que los mariscos pueden tener algunas sustancias químicas peligrosas, además de que, con el calor, dejan de ser comestibles en poco tiempo si no los conservamos adecuadamente.   

Según la EPA, algunos mariscos como las almejas y ostras, pueden acumular microorganismos causantes de enfermedades, como bacterias y virus, que pueden representar un riesgo para la salud. Te decimos las precauciones en preparación, toxicidad y refrigeración para evitar complicaciones. 

¿Qué riesgos hay por comer mariscos esta temporada?

Estos son los riesgos a los que podrías exponerte si no tienes las precauciones adecuadas en el consumo de pescados y mariscos:

  • Aumento de ácido úrico 

Tanto el camarón como otros mariscos frescos pueden tener altas concentraciones de ácido úrico, por lo que no es recomendable comerlos en exceso, ya que esta sustancia se acumula en el cuerpo y causa problemas de salud.

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La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, señala que la mayor parte del ácido úrico se disuelve en la sangre y viaja a los riñones. Desde ahí sale a través de la orina, pero si en el cuerpo tenemos demasiado ácido úrico o no se elimina en cantidades suficientes y podemos enfermarnos.

Un nivel de ácido úrico elevado puede estar relacionado con la gota, una forma común y compleja de artritis que causa dolor e inflamación en las articulaciones, así como con cálculos renales, depósitos duros hechos de minerales y sales que se forman dentro de los riñones, advierte Mayo Clinic.

  • Acumulación de mercurio

Otro de los riesgos de los mariscos y pescados esta temporada es la acumulación de mercurio, ya que se encuentra en cantidades elevadas en ostras y crustáceos como cangrejos, langostas y camarones.

El mercurio excesivo en el cuerpo puede tener efectos negativos en la salud, ya que aumenta la presión arterial, favorece problemas cardiacos y daña el sistema inmunológico.

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La EPA detalla que la alta exposición al mercurio también puede causar daños en el tracto gastrointestinal, el sistema nervioso y los riñones. Los síntomas de una intoxicación por mercurio incluyen erupciones en la piel, cambios de humor, pérdida de memoria, trastornos mentales y debilidad muscular.  En embarazadas, el mercurio puede ser un riesgo para el desarrollo del bebé.

  • Alto contenido de sodio

Algunos mariscos y el camarón pueden tener altos niveles de sodio, por lo que debemos tener cuidado de no agregar más sal en su preparación, ya que aumenta el riesgo de problemas de salud como hipertensión o presión alta, accidentes cerebrovasculares y ataque cardiaco.

Es importante tener en cuenta que la mayoría de las personas con presión arterial alta no tienen síntomas, incluso si las lecturas de presión alcanzan niveles peligrosamente altos. Se puede tener hipertensión por años sin saberlo.

  • Consumo de microplásticos

Son partículas pequeñas de menos de 5mm que se encuentran en algunos mariscos y que, debido a que son derivados del petróleo, pueden representar un riesgo para la salud. Estudios como el realizado por la Universidad de York en el Reino Unido demuestran que los mayores niveles de microplásticos se encuentran en los moluscos.

Se ha visto que en cada gramo de moluscos hay hasta 10,5 microplásticos, mientras que en los crustáceos, se han encontrado hasta 8,6 microplásticos por cada gramo.  

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Todavía no se saben los efectos exactos de los microplasticos en nuestro cuerpo, pero se sospecha que se descomponen en toxinas y sustancias que afectan el funcionamiento de algunos sistemas del cuerpo y hormonas, según reporta El Debate.  

  • Intoxicación por mariscos 

Se trata de un tipo de enfermedad que se transmite por los alimentos contaminados o mal cocinados. La causa son gérmenes u otros elementos dañinos que se encuentran en los alimentos o las bebidas.

Los síntomas de una intoxicación por mariscos incluyen malestar estomacal, diarrea y vómitos, fiebre, así como erupciones en la piel, los cuales pueden presentarse varias horas o incluso días después del consumo de mariscos contaminados.

Recuerda que debes refrigerar los pescados y mariscos y asegurarte de consumirlos en un lugar limpio. Si los consumes en casa, lávalos bien y revisa que no estén caducados, que no tengan mal olor u otras señales de descomposición. Lava tus manos antes de comer y después de ir al baño.

Consejos para comprar pescados y mariscos frescos 

La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) recuerda seguir las siguientes recomendaciones:  

  • Solo compra pescados o mariscos frescos cuando estén refrigerados o en exhibición sobre una capa gruesa de hielo que no se esté derritiendo. 
  • El pescado debe tener un olor fresco o suave; su olor no debe ser malo, agrio o parecido al amoniaco.
  • Desecha las almejas, ostras, y mejillones cuyas conchas estén agrietadas o rotas.
  • Los ojos del pescado deben ser claros y sobresalir un poco. 
  • No compres pescados o mariscos congelados si el envase está abierto, roto o tiene los bordes aplastados.
  • Coloca los mariscos o pescados sobre hielo o en el congelador inmediatamente después de tu compra. Si se van a consumir inmediatamente, solo mételos al refrigerador. 

(Con información de Mayo Clinic, MedlinePlus, EPA, El Debate)