En las escuelas suena el rebote de la pelota, en los trabajos suena el choque de los dedos con las teclas, en la casa suena la lavadora, la secadora y la licuadora. Aunque el verano continúa, las vacaciones de verano ya pasaron. A pesar de que la mente y el cuerpo descansaron, regresaron los dolores de espalda, cabeza y cuello. ¿El burnout puede tratarse con sólo tomar vacaciones o lo puede empeorar?
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El burnout o agotamiento profesional es una condición que afecta a muchos trabajadores y que puede manifestarse de diversas maneras, desde el cansancio extremo hasta la falta de motivación y la sensación de incapacidad para cumplir con las demandas laborales.
Aunque tradicionalmente se ha asociado con un exceso de trabajo y estrés prolongado, una nueva preocupación ha emergido en los últimos años: el burnout después de las vacaciones. Este fenómeno se refiere a la sensación de agotamiento y desconexión que puede ocurrir al regresar al trabajo después de un periodo de descanso. ¿Cómo se trata el burnout si no es con vacaciones? Quédate en esta nota para conocerlo.
¿Cómo podemos evitar el síndrome de burnout en los espacios de trabajo?
De acuerdo con la Secretaría de Salud, el síndrome de burnout se refiere únicamente al agotamiento derivado del desempeño laboral y se relaciona más con el ámbito emocional. Lo anterior ocurre como consecuencia de tener que realizar mucho trabajo en poco tiempo o bien, tener que realizar tareas que pueden generar angustia y sensaciones de culpa por no realizarlas correctamente.
La institución añade que el síndrome de burnout se caracteriza por ineficiencia laboral, fatiga e indiferencia. Se ha observado con mayor frecuencia en personas entre los 30 y 40 años. Es posible que se presenten otros síntomas como dolor muscular, confusión, falta de memoria, fiebre leve (38.3°C), irritabilidad, falta de concentración y/o insomnio.
Ante este cansancio, algunas personas suelen tomarse unas vacaciones para descansar y regresar con energía. Sin embargo, esto no puede suceder. De acuerdo con El País, un metaanálisis publicado en la revista ‘Journal of Occupational Health’ descubrió que las vacaciones reducían ligeramente el agotamiento y las dolencias asociadas al trabajo, pero sus efectos se iban erosionando nada más poner un pie en la oficina hasta desaparecer totalmente entre las dos y las cuatro semanas
20minutos detalla que para combatir y prevenir el burnout debe lograrse una mejora en las condiciones laborales causantes del problema. Además, Joaquín Mateu Mollá, doctor en Psicología Clínica y de la Salud y docente de VIU – Universidad Internacional de Valencia, deja los siguientes ejes que podrían trabajarse para reducir el burnout:
- Perfeccionismo y ordenación de prioridades: resulta primordial ser conscientes de posibles auto imposiciones inflexibles y por consiguiente intentar tratarnos de modo más compasivo para protegernos, ante los efectos del estrés laboral y/o personal
- Organización del trabajo: hay que buscar la compatibilidad y la definición de las demandas exigibles. Diferenciar lo que reviste urgencia de lo que puede ser demorado y facilitar pausas y descansos periódicamente
- Atención a la vida familiar: resulta esencial disponer de tiempo para el ocio dentro de las rutinas diarias, tanto en soledad como en compañía de otras personas a las que valoramos
- Autocuidado del cuerpo-mente: empezar con nuevas pautas, como dormir las horas necesarias, seguir una alimentación regular y equilibrada o practicar ejercicio
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