Una de las principales recomendaciones de los médicos para mantener la salud es controlar los niveles de estrés y al respecto, expertos piden estar atentos a los síntomas de herpes zóster o culebrilla, una enfermedad que se activa ante los episodios de estrés elevado. Te decimos todo al respecto.
La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, señala que el herpes zóster o culebrilla, es causado por el virus varicella-zoster, que también causa varicela y forma parte de la familia de virus del herpes.
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Se estima que el virus se encuentra presente en el 99% de los adultos de 50 años o más y factores como un sistema inmune debilitado, la edad, una mala alimentación y el estrés pueden influir en que el virus se reactive y surja la enfermedad de herpes zóster.
Estos son los síntomas que debes identificar porque alertan un brote de culebrilla derivado de los altos niveles de estrés.
Síntomas de herpes zóster o culebrilla
El herpes zóster es una erupción cutánea que se caracteriza por la aparición de erupciones cutáneas vesicantes, es decir, ampollas en la piel que suelen ser dolorosas.
Antes de que salgan las ampollas, es común tener síntomas como dolor en un solo lado, hormigueo y ardor.
En la mayoría de las personas con herpes zoster, se forman parches en la piel que luego dan pie a la aparición de pequeñas ampollas, las cuales después de unos días se rompen y forman úlceras que se secan y forman costras. Las costras se caen en dos a tres semanas y pocas veces dejan cicatrices.
Las ampollas causadas por el herpes zóster generalmente afectan la zona del pecho, aunque también la cara, los ojos, la boca y los oídos.
Las molestias en la piel se acompañan de fiebre, escalofríos, sensación de malestar general, dolor de cabeza y articular e inflamación de los ganglios linfáticos.
También puede surgir debilidad muscular y si el herpes zóster afecta el nervio facial, puede causar caída de párpado, dificultad para mover algunos músculos de la cara, pérdida de movimiento del ojo, problemas en el sentido del gusto y en la visión.
¿Por qué el estrés activa el herpes zóster?
El herpes zóster es causado por el virus varicella-zoster, que también causa varicela y forma parte de la familia de virus del herpes.
Una vez que una persona adquiere el virus y desarrolla varicela, normalmente en la infancia, el virus no se elimina del cuerpo, sino que permanece inactivo en algunos nervios del cuerpo. El estrés puede ser un detonante para reactivar de nuevo el virus después de varios años de adquirirlo.
Las personas mayores de 60 años, quienes tuvieron varicela antes de cumplir un año o quienes tienen un sistema inmune debilitado por medicamentos o enfermedad, son más susceptibles de desarrollar la enfermedad.
De acuerdo con la doctora Gloria Huerta, gerente médico en GSK México, el sistema inmune se desarrolla desde el nacimiento y hasta la edad adulta, pero a medida que envejecemos, su función va disminuyendo.
Otras variables como la alimentación, eventos traumáticos, infecciones, tabaquismo, vacunación, ejercicio y los niveles de estrés influyen en qué tan bien nos protege nuestro sistema inmune.
Respecto al estrés, la experta señala que es parte de la vida, es inevitable en los adultos, pero no controlarla puede tener efectos negativos en la salud, incluyendo reactivar el virus que causa herpes zóster o culebrilla.
La razón es que el estrés disminuye la respuesta de anticuerpos, causando que el sistema inmune se debilite y que se desarrollen enfermedades como el herpes zóster.
Estudios realizados en Dinamarca con más de 77 mil personas mayores de 40 años, demostraron que los niveles altos de estrés psicológico en la vida diaria aumentaban hasta en un 14% más el riesgo de desarrollar la también llamada culebrilla.
¿Hay tratamiento para el herpes zóster?
El médico generalmente puede recetarte un medicamento para combatir el virus, llamado antiviral, mismo que te ayudará a disminuir el dolor, prevenir complicaciones graves y acortar el curso de la enfermedad, según apunta MedlinePlus.
Lo ideal es acudir al médico dentro de las primeras 72 horas de síntomas, ya que así puede ser más efectivo el tratamiento e incluso, pueden evitar que aparezcan muchas ampollas.
También se pueden recomendar antihistamínicos para la picazón de la piel, analgésicos y cremas para reducir el dolor.
En caso de que ya tengas ampollas dolorosas, puede ayudarte ponerte compresas húmedas y frías para aliviar las molestias en casa.
Recuerda que el virus está activo en tu cuerpo, así que evita salir mientras cursa la infección para evitar contagiar a otras personas vulnerables que nunca han tenido varicela, principalmente personas mayores y mujeres embarazadas.
Edad avanzada, otro factor de riesgo
A mayor edad, mayor es el riesgo de desarrollar herpes zóster y debido a que la expectativa de vida va en aumento, se estima que para 2030, una de cada seis personas en el mundo tendrá 60 años o más y el 14% de ellos, podría tener trastornos como la depresión, la ansiedad y el estrés, los cuales afectan el sistema inmune.
Por ello, es fundamental tener en cuenta los hábitos de prevención en el sector de población de mayor edad, ya que son los que están en más riesgo de herpes zóster.
El control del estrés es clave en esta etapa y algunas actividades que pueden ayudar a disminuir los niveles incluyen el ejercicio físico diario, aprender a tocar un instrumento o un idioma, tomar clases de baile, pintar, leer o cuidar a una mascota.
La vacunación también es clave para prevenir el herpes zóster, se ha demostrado que puede reducir en más de 87% el riesgo de la enfermedad en todas las etapas de la vida.
“También puede prevenir sus complicaciones, como la neuralgia posherpética, un dolor nervioso prolongado que puede durar meses y en ocasiones persistir durante varios años”, agrega la doctora Huerta.