Con el fin de ayudar a mitigar los casos de depresión en el mundo y conocer qué tipo de música puede ser parte de un tratamiento no farmacológico contra la depresión, investigadores detectaron que la música clásica crea efectos positivos en la salud mental, ayudando a los pacientes con depresión que son resistentes al tratamiento con medicamentos. Así detalla su estudio publicado en la revista ‘Cell Reports’, reporta Enséñame de Ciencia.
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“La música puede evocar emociones fuertes y es fundamental para comprender la neurociencia de la recompensa y la emoción. Los mecanismos de la dinámica temporal y de red de la música en los circuitos de recompensa más profundos que subyacen a la respuesta antidepresiva siguen siendo poco explorados”, detallan investigadores en el estudio.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, la pandemia por covid-19 dejó graves repercusiones en la salud y aumentó los problemas psicosociales. En México, 3.6 millones de personas adultas padecen depresión, de ellas, el 1% son casos severos.
¿Qué es la depresión y por qué se da?
Según la Organización Mundial de la Salud, el trastorno depresivo o depresión es un trastorno mental común. Implica un estado de ánimo deprimido o la pérdida del placer o el interés por actividades durante largos períodos de tiempo. La depresión puede afectar a todos los ámbitos de la vida, incluidas las relaciones familiares, de amistad y las comunitarias.
La institución de salud añade que la depresión puede afectar a cualquiera. Quienes han vivido abusos, pérdidas graves u otros eventos estresantes tienen más probabilidades de sufrirla. Las mujeres son más propensas a la depresión que los hombres. Aunque hay tratamientos conocidos y eficaces contra los trastornos mentales, más del 75% de las personas afectadas en los países de ingreso bajo y mediano no reciben tratamiento alguno.
National Center for Complementary and Integrative Health informa que un conjunto creciente de investigaciones ha encontrado que escuchar o hacer música afecta al cerebro de formas que pueden ayudar a promover la salud y a controlar los síntomas de las enfermedades. Esto sucede porque interpretar o escuchar música activa una serie de estructuras del cerebro que están implicadas en el pensamiento, la sensación, el movimiento y la emoción.
Para el estudio detallado se contó con la participación de 23 pacientes a los cuales dividieron en 4 grupos. El primer grupo escuchó la Sinfonía n.º 6 de Tchaikovsky, que representa la tristeza, mientras que el segundo fue el tercer movimiento de la Sinfonía n.º 7 de Beethoven, que representa la alegría y la emoción; el tercer grupo música familiar de su preferencia y el cuarto música desconocida que no era de sus gustos.
A la par se evaluó el nivel de depresión y ansiedad antes de y después de escuchar la música, así como se realizaron estudios de ondas cerebrales y técnicas de imagen neuronal durante la audición durante 3 veces al día a lo largo de la duración del estudio. Bajo ello, encontraron que la música clásica al ser escuchada por el primer y segundo grupo de estudio, creó efectos positivos en la salud mental. Aunque la muestra de personas con depresión no fue muy grande para cada grupo de estudio, especialistas encuentran en la música un papel clave en la mediación de los efectos antidepresivos en función de los niveles de apreciación individual.
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