Probar nuevos alimentos, conocer nuevos lugares, ver en vivo a un artista favorito, leer un libro o encontrarse con historias que refresquen mediante la pantalla grande son algunas de las actividades que disfrutamos en nuestro tiempo libre. Sin embargo para realizar estas actividades necesitamos dinero que proviene de un trabajo. Vivir en el desempleo puede traer diversas repercusiones, especialmente en la salud mental.
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De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía retomados por Forbes, la tasa de desempleo en México bajó al 2.6% de la población económicamente activa en diciembre de 2023, por debajo del año anterior, pero con más de la mitad de los trabajadores aún en la informalidad. La población económicamente activa es de 60.7 millones.
¿Por qué el desempleo puede afectar la salud mental? ¿Cómo afecta el desempleo en la salud mental? ¿Cómo evitar que el desempleo impacte a la salud mental? Continúa leyendo esta nota para conocer más respecto a este tema. Si estás en el desempleo o estás a punto de pasar esta etapa, no olvides apoyarte de tus círculos cercanos y profesionales de la salud.
¿Qué se relaciona con el desempleo?
Según el Banco Mundial, estar desempleado durante seis meses o un periodo más prolongado se relaciona con un menor bienestar entre los desempleados, sus familias y sus comunidades. Aunque los impuestos los programas de transferencias sociales pueden ayunar a atenuar las consecuencias del desempleo de larga duración un descenso puede afectar la calidad de los servicios y el estrés.
Altea Psicólogos detalla que el desempleo tiene la capacidad de generar un impacto en la vida personal y el bienestar de las personas. Junto a los efectos socioeconómicos que trae consigo puede deteriorar la salud mental. Esto se profundiza con la relación a la edad, clase social, responsabilidades económicas y la personalidad de cada uno. Entre sus consecuencias está:
- Impacto psicológico: el desempleo puede derivar en problemas gastrointestinales, cansancio físico, desequilibrios alimenticios, pérdida de apetito o atracones compulsivos
- Estrés permanente: esto lleva a vivir con problemas cardiovasculares, dolores musculares, hipertensión, cambios de humor, calambre, etc.
- Emocionales: el desempleo acarrea tristeza, ansiedad, pensamientos negativos, inseguridad, desesperación, baja autoestima, sentimiento de fracaso, irritabilidad, frustración y mal humor
Revista Bienestar explica que poner en práctica estrategias para prevenir situaciones de ansiedad, depresión y estrés puede parecer difícil, pero si se siguen las recomendaciones podría llegarse a cambios positivos en la calidad de vida, así como tener recursos psicológicos que permitan afrontar la búsqueda de una fuente de empleo mediante:
- Evaluar la actitud que tomamos en la búsqueda del trabajo para reconocer las emociones que experimentamos en el proceso
- Contar con una red de apoyo que funcione como factor protector contra adversidades del desempleo
- Tener un programa de búsqueda de actividades para disminuir el aburrimiento, frustración o desesperación
- Identificar factores protectores, como realizar actividades que refuercen la autoestima y sentimientos de satisfacción personal
- Analizar factores de riesgo y evitarlos, como toma excesiva de alcohol, apuestas, entre otras
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