La respiración es algo que, muchas veces, damos por hecho. Al ser una función que nuestro cuerpo realiza de forma automática, podemos olvidar que en la inhalación y exhalación se encuentra el poder de calmar los pensamientos y el estrés. En inglés hay una palabra que lo describe: breathwork. Y se puede traducir como "trabajo de respiración".
¿Qué es el breathwork?
Si bien la respiración se puede practicar en cualquier lugar, el breathwork implica preparar el lugar y las circunstancias para la relajación. Así como el yoga, puede practicarse en un tapete cómodo y en un espacio tranquilo que nos permita concentrarnos en el aire que entra y sale.
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De acuerdo con WebMD, el breathwork tiene sus raíces en el yoga. Y aunque está de moda, no es una práctica reciente. De hecho, las personas llevan haciendo este trabajo de respiración durante miles de años.
¿Cuáles son los beneficios de hacer breathwork?
Estas técnicas de respiración ayudan a mejorar el estado de ánimo y tienen efectos desinflamatorios. Además tienen un impacto positivo en el sistema nervioso central.
Cuando estamos bajo estrés nuestra respiración se vuelve más rápida y superficial, lo cual limita la entrada de oxígeno al torrente sanguíneo. El cerebro interpreta esto como una amenaza y el cuerpo responde con una reacción de lucha o huida.
Una forma de "avisar" al cuerpo que no hay peligro son los ejercicios de respiración. Es como una manera de comunicarle que todo está bien y estamos seguros. Poco a poco, la respuesta de estrés disminuye y podemos volver a relajarnos.
¿Cuáles son algunas técnicas de breathwork que puedes practicar?
- Respiración abdominal profunda. Respira hondo y llena tus pulmones. Imagina al mismo tiempo que el aire que inhalas va llenando cada espacio de tu cuerpo. Al exhalar, siente cómo el pecho se relaja y se acerca a tu columna.
- Respiración 4-7-8. Inhala en cuatro tiempos, retén la respiración por siete tiempos y exhala en ocho tiempos. Cuando la exhalación es más larga, te permite vaciar completamente los pulmones.
- Alterna las fosas nasales. Con el pulgar derecho, presiona tu aleta nasal derecha. Respira solo por el lado izquierdo de la nariz y mantén la respiración para cambiar de lado. Suelta el pulgar derecho y usa ahora el índice de tu mano derecha para presionar la aleta izquierda, mientras exhalas del lado derecho. Esta técnica requiere más coordinación y eso es precisamente lo que ayudará a tu cuerpo y mente a encontrar el balance.
- Respiración de fuego. Inhala y mantén relajado el abdomen. Exhala y usa el core para presionar todo el aire fuera de tu cuerpo.
- Respiración holotrópica. Si cuentas con un instructor para que te guíe en esta técnica, mejor. Se trata de inhalar y exhalar de forma continua sin pausas entre cada una, lo que puede ayudar a oxigenar todo tu cuerpo y renovar tus células.
Todas las técnicas de respiración requieren práctica para perfeccionarse. Puede que no lo hagas perfecto las primeras veces, ¡y está bien! Tu cuerpo sentirá los beneficios desde la primera inhalación.
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