Además de factores como la alimentación, la calidad del sueño y los cambios hormonales, hay algo que influye directamente en el azúcar en la sangre. Se trata del estrés y, aunque a veces es parte de la vida cotidiana, este podría estar afectando directamente tus niveles de glucosa.
Un estudio publicado en la revista Nature, donde se exploró la relación entre los niveles elevados de glucosa y el estrés provocado por conflictos armados, encontró que los dos factores están estrechamente ligados.
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Entre 2007 y 2014, se analizaron 408,706 exámenes de glucosa de la población civil que residía en los alrededores de Gaza. Estos presentaron un aumento del 2.10% en promedio durante los días en que se llevaron a cabo operaciones militares.
“Encontramos que el estrés está asociado con un rápido aumento en los niveles de glucosa, especialmente entre los residentes de zonas donde la intensidad de la amenaza es mayor”, señalan los autores del estudio.
No hace falta vivir en una zona de conflicto bélico para que el estrés haga estragos en nuestra salud. A veces las múltiples tareas del día a día, las presiones laborales, los conflictos familiares u otros aspectos de las relaciones interpersonales pueden elevar la tensión y, con ello, modificar los componentes sanguíneos.
Controlar el estrés, especialmente importante en la glucosa de personas con diabetes
Ante una situación de estrés, el cuerpo recibe señales para prepararse ante una posible amenaza. Una de esas acciones consiste en acumular energía rápida en forma de azúcar en la sangre, de manera que pueda utilizarse ante el peligro percibido.
Quizá la mente sabe que no nos encontramos frente a un peligro mortal, pero el cuerpo reacciona como si lo fuera. Tal vez no hay ningún animal salvaje intentando devorarnos, pero el estrés de la vida actual es suficiente para desatar una serie de procesos como mecanismo de defensa.
Cuando estamos preocupados y agobiados, además de que se reducen los niveles de insulina, se liberan dos hormonas clave: adrenalina y glucagón. Esta última se encarga de regular los niveles de glucosa y, en situaciones de estrés, la libera en mayores cantidades a través del hígado.
Si tienes diabetes, la situación se complica aún más. Durante episodios de estrés, el cuerpo tiene más dificultades para controlar los niveles de glucosa y puede provocar hiperglucemia, pues no hay insulina suficiente para regular tanta azúcar en la sangre.
Entonces, ¿cómo puedo controlar el estrés y mis niveles de glucosa?
- Haz ejercicio. La actividad física, desde los ejercicios de respiración leves hasta posturas de yoga o una caminata de media hora, tiene un efecto integral positivo. Por una parte, ayuda a reducir los niveles de azúcar en la sangre y usa la glucosa como fuente de energía. Además reduce el cortisol, la hormona del estrés. ¡Todos ganan!
- Come saludablemente. Consume más alimentos ricos en fibra y con alto contenido de agua, como frutas y verduras. Estas te ayudan a mantener la hidratación, con lo que ayudas a los riñones a deshacerse del exceso de glucosa, y a regular los niveles de estrés.
- Dale prioridad al sueño. Dormir bien es más importante de lo que crees. Hablando de la hormona del estrés, dormir ayuda a bajar los niveles de cortisol y, por ende, a controlar los niveles de glucosa.
Ya lo sabes, el estrés puede alterar de manera negativa tus niveles de glucosa, especialmente si tienes diabetes, así que toma las medidas necesarias para controlarlo y cuidar de tu salud.