A algunas personas los días grises y lluviosos nos hacen sentir tristes, aunque aparentemente no tengamos motivo alguno. Sin embargo, sí existen bases biológicas y psicológicas que explican las razones de este sentimiento, desde la falta de luz solar hasta el trastorno afectivo estacional.
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¿Por qué nos ponen tristes los días grises y lluviosos?
Los días grises y lluviosos pueden influir en nuestro estado de ánimo debido a una combinación de factores biológicos, como la falta de luz solar que afecta la producción de serotonina y melatonina, y factores psicológicos, como nuestras asociaciones culturales y emocionales con este tipo de clima.
Menos luz solar, menos serotonina
“La luz solar tiene mucho que ver, puesto que activa el cerebro, influye en la actividad de una sustancia cerebral: la serotonina (un neurotransmisor que permite la comunicación entre neuronas), y es parte importante del sistema que regula nuestro estado de ánimo. Así, la secreción baja de esa hormona produce estados de depresión biológica en la persona”, según el Centro de Psicología Altea.
La baja en los niveles de serotonina está directamente relacionada con sensaciones de tristeza, fatiga e incluso irritabilidad. “En días con poca luz y lluviosos, la hormona melatonina nos da la señal de que es hora de empezar a desactivarse y sumado a la falta de serotonina, nuestro humor decae. Por eso en días con poca luz nos podemos sentir con menos ganas de hacer cosas”, según los psicólogos.
Esto quiere decir que el cuerpo produce más melatonina, porque esta hormona se libera en mayor cantidad en la oscuridad, lo que genera esa sensación de sentirnos cansados, apáticos o melancólicos.
El impacto psicológico del clima
Las personas tendemos a asociar el sol con la felicidad y los días lluviosos con la tristeza. En muchas culturas, los días soleados se asocian con actividad, energía y alegría, mientras que los días lluviosos son más propensos a estar vinculados con la introspección o el aislamiento, lo que puede intensificar los sentimientos de tristeza, según la psicología ambiental.
Además, de que esto conlleva a que pasemos más tiempo en interiores versus lugares exteriores. Lo que podría derivar en menos actividad física y con ello una liberación menor de endorfinas, que son los neurotransmisores que mejoran el bienestar emocional.
Trastorno afectivo estacional (TAE)
En casos más extremos, la tristeza durante los días grises puede ser una manifestación del trastorno afectivo estacional (TAE), que es una forma de depresión que suele aparecer durante las épocas del año con menos luz solar, como el otoño y el invierno. Y en la que se experimentan síntomas similares a la depresión, como bajo estado de ánimo, pérdida de interés en actividades y fatiga excesiva.
De acuerdo con MayoClinic, “todavía se desconoce la causa específica del trastorno afectivo estacional”. Aunque señala como posibles causas a nuestro reloj biológico (ritmos circadianos), la caída de los niveles de serotonina y desequilibrio en la melatonina.
En resumen, sí existe una explicación con razones psicológicas y biológicas respecto a un bajo estado de ánimo en días grises y lluviosos. Sin embargo, y de acuerdo con expertos en psicología, hacer alguna actividad física, procurar una vida social y cuidar nuestra alimentación, así como emplear técnicas de relajación o meditación pueden ayudar a mejorar nuestro estado de ánimo.
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