La generosidad, informa Instituto Europeo de Psicología Positiva, es el hábito de dar y compartir con las demás personas sin esperar algo a cambio. Esto puede incluir tiempo, dinero, energía, talento, entre otros recursos bajo el fin de beneficiar a otra persona. Quien realiza un acto generoso, busca ayudar a la otra persona sin esperar reciprocidad o un beneficio personal.
Aunque la generosidad tiene diversos beneficios en la salud, como reducir el estrés y la ansiedad a causa de las preocupaciones de la vida diaria, existen dificultades ponerla en práctica. Más allá de que las personas no quieran ser generosas, la inseguridad y violencia en nuestro entorno nos hacen creer que no existe la generosidad. Ante el consumo para un fin y la competencia, la generosidad es una trampa.
Te podría interesar
A pesar de estas creencias, algunas personas continúan realizando actos generosos mediante actos pequeños que generan un alto impacto, como ceder asientos a personas que lo necesitan, encontrar el dueño de la cartera o teléfono perdido, así como apoyar a alguna amistad cuando más lo requiere. La generosidad permite crear una comunidad menos hostil y colaborativa. ¿Cómo ser una persona generosa? Estas estrategias podrían tener la clave.
¿Cómo puedo ser una persona generosa?
1. Realiza actos amables todos los días
De acuerdo con Lamentees maravillosa, la generosidad promueve la cooperación, reduce los conflictos y brinda bienestar psicológico. Realizar actividades que promuevan no esperar nada a cambio puede mejorar el día a día, como donar, ser voluntario, cuidar a algún familiar o decir por favor y gracias con personas que forman parte nuestra cotidianidad. Esto podrá crear un ambiente de comunidad y agradecimiento.
2. Regala tus objetos
Anuncios, influencers, promociones, modas y tendencias nos hacen llenarnos de objetos, ropa, accesorios, entre otras cosas, que probablemente sólo tienen un valor económico. Lamentees maravillosa aconseja darle a una persona aquello que necesite más que tú, por ejemplo, comida o ropa en buen estado. La persona podrá aprender a soltar sin aferrarse a lo material y la otra persona será testigo de un acto generoso.
3. Presta atención a las conversaciones
Parece que conforme el tiempo pasa, nuestros niveles de atención se van reduciendo, haciendo que perdamos el interés sobre cualquier tema. Un acto generoso no sólo tiene que ser a quienes no conocemos, sino también con quien nos relacionados. Lamentees maravillosa destaca la relevancia de la escucha activa al no interrumpir, no relatar propias experiencias y no juzgar. Mejorar la comunicación también es una vía para construir mejores ambientes.
4. Vive con la creencia de que hay suficiente para todos
Preparatoria Panamericana menciona que al fomentar este pensamiento, tendremos una mentalidad para ser generosos cuando sea necesario. La competencia, el reconocimiento y el destacar provocan que varias veces fomentemos el perjudicar a las demás personas para llegar un fin. Sin embargo, cuando nos damos cuenta, pudimos haber llegado a una meta con la ayuda de otras personas.
5. Da algo y será contagioso
¿Recuerdas aquella persona que te demostró que la generosidad todavía existe? Preparatoria Panamericana subraya que la generosidad es contagiosa y permite motivar a otras personas para actuar de la misma manera. Probablemente, la persona con quien estás siendo generosa al siguiente día realice un acto de acompañamiento y cariño hacia otra persona, así sucesivamente. Existen diversas maneras de impactar al mundo y esta es una de ellas.
(Con información del Instituto Europeo de Psicología Positiva, Lamentees maravillosa, Preparatoria Panamericana)