ADULTOS MAYORES

Así es como las aspirinas pueden afectar a adultos mayores

Según una nueva investigación, su consumo podría ser responsable del aumento en los riesgos de cambios y disminuciones en los niveles de hierro en sangre

Es necesario que todos los adultos mayores que deben utilizar o seguir un tratamiento con aspirina, deben ser monitoreados de forma periódica.
Es necesario que todos los adultos mayores que deben utilizar o seguir un tratamiento con aspirina, deben ser monitoreados de forma periódica.
Escrito en FAMILIA el

Las aspirinas son uno de los medicamentos más utilizados en el mundo, principalmente en la población de adultos mayores, pero un nuevo análisis, ha indicado que quizás podrían ser responsables de aumentar los riesgos de problemas de salud, incluso en personas sanas.

Pero, ¿cómo es que las aspirinas pueden afectar a adultos mayores? El nuevo estudio ha descubierto que existe una asociación entre el consumo de aspirina (en dosis bajas) con un aumento en los casos de descenso de los niveles de hierro en sangre y anemia.

Según informa la Revista Española de Geriatría y Gerontología, es posible que la anemia en los adultos mayores pueda ser una especie de factor que podría predecir un mal pronóstico en cuanto a funciones y vitalidad a mediano y largo plazo, incluso en adultos aparentemente sanos.

Foto: Canva.

Más riesgo de anemia en adultos mayores por aspirina

Con resultados publicados en la revista Annals of Internal Medicine, investigadores han encontrado que cuando los adultos mayores utilizan dosis bajas de aspirina todos los días, podrían presentar hasta un aumento del 20% en los casos de anemia, incluso si son sanos.

Los investigadores de la Universidad Monash de Melbourne, en Australia, analizaron los datos del ensayo Aspirin in Reducing Events in the Elderly (ASPREE), dándose así cuenta de que los pacientes que tomaban 100 mg de aspirina al día, tenían hasta un 23,5% más riesgo de padecer anemia, tras 3 años de seguir el protocolo.

Según comentaron los investigadores, los participantes que debían tomar las dosis bajas de aspirina, tenían una disminución en los niveles de la hemoglobina media, así como un mayor descenso de las concentraciones de ferritina.

Foto: Canva.

Las hemorragias podrían no ser responsables

Los científicos analizaron los datos de más de 19,000 personas que tenían 70 años o más, y que se dividieron en dos grupos de forma aleatoria, a los que se les solicitó seguir un protocolo durante tres años:

  • Uno que recibiría una dosis de 100 mg de aspirina diaria.
  • Un grupo que solo recibía un placebo..

Desde el inicio, y cada año, a los participantes se les realizaron mediciones de hemoglobina, mientras que las evaluación de ferritina se realizaron al inicio y al final del protocolo; estas mediciones fueron útiles para evaluar los cambios y diferencias entre los adultos mayores.

Fue así que los investigadores se dieron cuenta de que los adultos mayores que habían consumido dosis bajas diarias de aspirina, tenían una pequeña pero mayor disminución de la hemoglobina, y un descenso de la ferritina si se les comparaba con el grupo que solo había recibido un placebo.

Además, los investigadores aclararon que las hemorragias que resultaban clínicamente significativas, no eran la causa de la diferencia en los casos de anemia o el descenso de la ferritina que se observó en los participantes, sino que podría deberse a pérdida de sangre oculta.

Foto: Canva.

¿Por qué la anemia es mala en adultos mayores? 

Para los autores del estudio, estos resultados indican que es necesario que todos los adultos mayores que deben utilizar o seguir un tratamiento con aspirina, deben ser monitoreados de forma periódica, haciendo evaluaciones de hemoglobina y ferritina.

Esto se debe a que, según un artículo de la Revista Española de Geriatría y Gerontología, la anemia en adultos mayores, aunque frecuente, puede relacionarse con aumento en los casos de enfermedad y muerte, incluso en quienes son aparentemente sanos. 

De hecho, parece ser que cuando los adultos mayores padecen anemia, podrían presentar problemas como:

  • Reducción de la fuerza muscular.
  • Disfunción cardíaca.
  • Problemas de movilidad.
  • Posibles efectos secundarios a futuro.
  • Sarcopenia (perdida de masa, fuerza y funcionamiento de los músculos).
  • Alteraciones cognitivas.
  • Menor resistencia física y más riesgo de discapacidad.

(Con información de: Annals of Internal Medicine, Revista Española de Geriatría y Gerontología.)